El año que el Tour de Francia estrenará una carrera femenina, la ronda gala cumple otro hito, el de ver como una mujer está al frente del colegio de comisarios por vez primera en una de las tres grandes vueltas.
Francesca Mannori, jurista italiana de 49 años, empleada de una empresa de protección de derechos intelectuales y, desde hace años, árbitro de ciclismo, ha sido designada por la Unión Ciclista Internacional (UCI) para dirigir a los comisarios durante la 109 edición del Tour.
A su cargo, un colegio de seis árbitros internacionales secundados por otros once nacionales designados por la Federación Francesa de Ciclismo (FFC) para escudriñar al detalle todo lo que suceda en carrera y tomar las decisiones necesarias para hacer cumplir el reglamento.
A sus 49 años, Mannori acumula suficiente experiencia en el arbitraje de carreras ciclistas como para que su designación no sea una sorpresa, aunque ella misma reconoce que no se lo esperaba.
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"Cuando me lo comunicaron me sentí muy feliz, no tanto por que yo sea una mujer, si no a título personal. Es lo máximo a lo que puede llegar un comisario de la UCI", asegura la mujer que tendrá a su cargo la última decisión del Tour a la hora de aplicar el reglamento.
Mannori ya ha sido comisaria en el Giro de Italia, pero nunca antes ha estado al cargo de todo el colegio de árbitros en una carrera de esta envergadura, estará en primera línea cuando se trate de aplicar el reglamento.
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La nueva responsable última de las decisiones del Tour reconoce que, desde muy niña, ha vivido rodeada de pasión por este deporte, una afición que le inculcó su padre y que ella encauzó por el lado del arbitraje.
Primero a nivel regional, pronto logró ser elegida comisaria a nivel nacional y, de ahí, dio el salto a la UCI, donde acumula ya varios años como jueza.
Una actividad que ejerce con mucha dedicación hasta el punto de que siempre ha peleado para poder compatibilizar con su oficio.
Mannori, pelo corto, rostro afable y mirada escrutadora, se muestra molesta por el hecho de ser "una curiosidad" por haber escrito una nueva página en la conquista de las mujeres en el deporte.
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"Cuando me lo dijeron, ni siquiera sabía que era la primera mujer en este puesto. Hay otras comisarias y pensaba que era algo que ya había pasado. Ni me pareció importante cuando me nominaron hace nueve meses ni me lo parece ahora", asegura.
Pero la comisaria no rechaza su papel de pionera, una lucha que desarrolla durante años y que cree que ha servido también a la hora de lograr este puesto en un momento en el que la UCI trata de impulsar el ciclismo femenino.
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Mannori trabaja por la igualdad entre los dos sexos en un deporte donde todavía queda mucho camino por recorrer.
DEPORTE MACHISTA
"No soy tan ingenua como para no darme cuenta de que el ciclismo sigue siendo un deporte machista. Y es mi responsabilidad, y la de otras muchas, de hacer cambiar las cosas ocupando puestos importantes como el de presidenta del colegio de comisarios del Tour", afirma.
Desde que ejerce como jueza, Mannori nunca se ha visto juzgada por su sexo ni relegada por él. Considera que en el reducido mundo de los árbitros de ciclismo predomina el respeto y no ha asistido a ninguna escena que pueda considerar sexista.
"Nunca un director deportivo me ha tratado de forma diferente que a un hombre", afirma la comisaria, que cree que la autoridad para el puesto no la da el hecho de ser un hombre o una mujer si no "la personalidad de cada uno".
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Mannori considera que su llegada a ese puesto tan prestigioso es también el fruto de una evolución en un mundo en el que ya no es tan raro ver juezas, pero también mujeres en diferentes puestos de los equipos ciclistas.
La responsabilidad es grande y sabe que muchos ojos estarán puestos en sus decisiones por el hecho de ser mujer, ya que el presidente del jurado de comisarios no suele tener un gran seguimiento mediático.
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"En este puesto el error está prohibido. Todo tiene que salir perfecto en el Tour, aunque el reglamento es el mismo que en otras carreras", reflexiona. "Bueno, de todas formas, en el ciclismo poca gente se fija en nosotros. No somos como los árbitros de fútbol", añade.