Alejandro Gaínza (Tarifa, Cádiz, 24 años), vive su segunda temporada en el equipo marroquí del Sidi Ali Unlock, escuadra Continental que sobrevive gracias a esas carreras que no aparecen en las grandes cadenas de televisión. Un ciclista anónimo que tuvo que elegir entre el tenis de mesa y la bicicleta, y se decantó por lo segundo. Disfruta y sobrevive en una experiencia exótica.
"Estuve como amateur corriendo en la Fundación Manuela, en el equipo cántabro del Hoomu Seguros y en el Avimosa de Madrid. Me quedé sin escuadra y vi en las redes sociales que el Sidi Ali de Marruecos estaba buscando corredores. Me puse en contacto a través de las redes sociales con su manager. Les interesó contratarme, ambas partes estábamos conformes y firmamos", comenta Gaínza a EFE antes de la salida de la quinta etapa del Tour Colombia.
El andaluz lleva dos años en el Sidi, donde refiere que ha vivido grandes experiencias.
"Corrí el Tour de Mauritania y resultó alucinante. Este año comenzamos en el Tour Colombia y eso para el equipo y para mí es muy importante", asegura.
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Respecto al nivel deportivo del ciclismo marroquí, el corredor tarifeño muestra una alta estima.
"Estoy sorprendido porque el nivel es bueno, quizás falten oportunidades para los ciclistas africanos, pienso que si se les apoya un poco más podrían progresar mucho y lograr buenos resultados. Las carreras son muy buenas, tenemos el Tour de Marruecos que desgraciadamente se suspendió el año pasado por el terremoto a dos días del estreno. Este año se celebra en junio".
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ENTRE EL TENIS DE MESA Y LA BICICLETA, ELIGIÓ EL CICLISMO
Gaínza reside en Tarifa y antes de dedicarse al ciclismo fue jugador de tenis de mesa a alto nivel.
"Antes de comenzar en el mundo de la bicicleta un amigo que competía en tenis de mesa me animó y empecé a jugar con el, pero a él lo becaron y se fue de Tarifa. Yo tenía que decantarme por uno de los dos deportes y elegí el ciclismo, un poco tarde, a los 23 años".
"Más vale tarde que nunca, voy poco a poco, pero sobre todo con ilusión", precisa.
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La marcha de su amigo se unió a la afición de su padre por el ciclismo. Ambos, "desde pequeño", seguían las carreras por televisión.
"En casa veíamos el Tour, la Vuelta y el Giro en la tele, y mi padre también nos llevaba a mí y a mi hermano de vez en cuando a la montaña en bici. Me fui involucrando cada vez más hasta que me enganché a la bici", cuenta.
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Aunque se encuentra a gusto en la escuadra marroquí, Alejandro Gaínza, aspira a aprender, adquirir experiencia e intentar en un futuro próximo dar un paso más.
"Es difícil entrar en equipos buenos de superior categoría, pero bueno, poco a poco habrá que intentarlo. Ahora quiero aprender, intentar ir haciendo buenos resultados y dar un pasito más para fichar por un equipo de superior categoría".
Aunque Gaínza dedique su vida laboral al ciclismo, tampoco se puede afirmar que sea un profesional con todas las de la ley, pues los ingresos dan para la subsistencia y poco más.
"Corremos en categoría continental, pero en el equipo lo que tenemos es primas por ir a las carreras. Después, obviamente, tenemos todos los gastos pagados, pero no nos da para todavía para vivir del ciclismo".
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Gainza se considera "un ciclista todo terreno". "Me defiendo en todos los terrenos, y como soy de Tarifa me desenvuelvo bien con el aire. Aquí en Colombia es difícil luchar en altitud, yo vivo a nivel del mar. Llegué a este país una semana antes y estuve en la casa de un compañero para poder aclimatarme mejor".
Como tarifeño bien hubiera podido dedicarse Alajendro Gañinza al surf, pero el corredor del Sidi, aunque probó el Kitsurf, se decantó por la bici.
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Por el momento, lo peor que ha encontrado Gaínza en su experiencia en el equipo marroquí " han sido las caídas", y lo mejor es la cantidad de personas y buenos amigos que tengo gracias al ciclismo y también la de lugares que he conocido gracias al ciclismo".