Daniel Felipe Martínez ha tenido un comienzo inmejorable en la temporada 2024, luego de quedarse con el título de la contrarreloj de los Campeonatos Nacionales y, sumado a esto, este jueves se quedó con el triunfo de la segunda etapa de la Vuelta al Algarve, donde venció al belga Remco Evenepoel, con un impresionante sprint en la montaña de 300 metros.
El cundinamarqués se convirtió en el nuevo líder de la clasificación general y ahora espera refrendar el título de la carrera portuguesa, que consiguió en el 2023. Con los colores del BORA-Hansgrohe, Martínez muestra un nuevo aire y mejores sensaciones, respecto a lo sucedido en la temporada pasada, donde no consiguió buenos resultados.
Hace un par de días, Daniel Felipe Martínez fue el invitado del segundo capítulo del podcast de Egan Bernal, 'Cyclast' y allí reveló cómo fueron sus inicios en el ciclismo y la razón por la cual se dio cuenta que era bueno en el deporte de las bielas y los pedales. El hombre, de 27 años, creció en Soacha, Cundinamarca, y debido a la inseguridad que se vivía en este municipio, empezó a tomar medidas cada vez que salía a entrenar.
"Nací en Bogotá, pero me crié toda mi vida en Soacha. Yo vivía en un barrio que quedaba en la frontera y que se llama Los Olivos, era muy caliente (peligroso). Gracias al barrio, yo soy ciclista. Yo salía de mi casa y sabía que no podía parar en ningún lado, sino hasta que ya llegaba a la carretera. Los robos eran el pan de cada día, entonces uno sabía que así fuera por los andenes, pero no se podía para para nada", fueron las primeras palabras del 'Loco' con Bernal.
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En la misma charla, Daniel Felipe Martínez reveló que en principio no quería ser ciclista y todo fue un 'accidente': "Mis papás no sabían nada de ciclismo y empezaron a conocer por mi hermano. A ellos no les gustaba que él montara, pero los convenció de que era un deporte sano. A mí lo que me gustaba era el fútbol, yo estaba encaminado a ser profesional y una vez, una escuela de cazatalentos me seleccionó. Yo quedé en irme con un amigo que vivía cerca de mi casa, pero nunca llegó. Ese día lloré mucho. Mi hermano me invitó a la ciclovía al día siguiente y fuimos al Alto de Rosas, no me bajé en esa subida y ahí todos me dijeron que podía servir para esto".
"La primera bicicleta en la que yo monté fue la que usaban mis papás, porque ellos eran vendedores ambulantes y me ponían a hacer mandados en esa. No me gustaba para nada el ciclismo", confesó el pedalista del BORA-Hansgrohe.
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La historia de Daniel Felipe Martínez es la de cientos de deportistas colombianos, que crecen en ambientes complicados pero con su tesón logran salir adelante y darle triunfos a nuestro país. Ahora en este 2024 quiere seguir agrandando su historia en las carreras europeas, en las que día a día pone todas las enseñanzas de su dura niñez.