En los últimos meses ha nacido la discusión por la aparente crisis que puede tener el ciclismo colombiano en los próximos años. Rigoberto Urán fue uno de los que habló sobre esto, al decir que no hay “ni uno bueno”, en la nueva generación. Acá no entran Sergio Higuita, Santiago Buitrago, Daniel Felipe Martínez o Einer Rubio, quienes ya saben lo que es triunfar en el prestigioso WorldTour. La preocupación es por los más ‘pelados’.
Lejos de los tradicionales ‘escarabajos’ que han adornado la historia del ciclismo colombiano, aparece Jhonatan Guatibonza, un boyacense de 18 años que se la jugó por ser embalador y ahora quiere ser una de las cartas de cara al futuro de nuestro país. En Caracol Sports hablamos con el joven de 18 años, nacido en Paipa, que tiene como gran ídolo a Peter Sagan y que su máximo sueño es ponerse el arcoíris de campeón mundial.
Guatibonza empezó con el ‘pie derecho’ el 2022. En la Vuelta al Táchira se quedó con la victoria de una etapa, mismo logro conseguido en la Clásica de Rionegro, donde además demostró que es uno de los hombres más rápidos del pelotón nacional. Todo esto, con el equipo GW-Shimano Sidermec, una alianza colombia-italiana en la que hace parte Gianni Savio, aquel que descubrió a Egan Bernal y otros talentos de nuestro país.
¿De dónde viene la pasión de Jhonatan Guatibonza por el ciclismo?
“Empecé a los ocho años, de pequeños siempre montábamos en bicicleta con mis primos. Yo también le aprendí a mi hermano porque él rodaba un poco más serio y de ahí pues mi papá me dio como el empujón para salir adelante. Primero entré a un club, para participar en una carrera que siempre se realiza en Paipa. Estuve ahí hasta los 13 años, donde pasé al Ingeniería de Vías. Allí hice todo mi proceso y a los 17 tuve la oportunidad de correr el Mundial de Flandes en 2021, en la categoría júnior”.
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¿De dónde nació esa pasión por la velocidad?
“Siempre me gustó mucho el estilo de Peter Sagan. Me llamaba la atención la locura que él hacía, las maniobras que se lanzaba. En internet veía lo que hacía y a mí me gustaba, entonces de ahí me incliné por ser sprinter. Afortunadamente nací con el biotipo ideal para ser velocista”.
¿Y en Colombia quién fue su referente?
“Admiro mucho a Juan Sebastián Molano. Tenemos una bonita amistad, porque ambos somos de Paipa. Desde que tenía 15 años tuve la oportunidad de conocerlo y actualmente hablamos mucho. Él trabaja muy bien”.
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¿Nunca le dijeron que para qué era velocista?
“Sí, claro. Hubo entrenadores que me decían que en Colombia solo servía ser escalador. A los velocistas nunca le daban esa prioridad y me molestaban, pero ya sabía cuál era mi objetivo y así fue”.
¿Cuáles son los objetivos que se vienen para este 2023?
“Sé que voy a viajar a Europa dentro de poco. Vamos a hacer una gira con el equipo y voy a participar en varias competencias allá en el Viejo Continente”.
¿Cuál es su máximo sueño?
“Quiero ganar muchas etapas en el ciclismo internacional, pero lo que más anhelo es conseguir un título en el campeonato mundial, es lo que más me ha gustado desde pequeño. Sueño con tener ese arcoíris en el pecho”.