Alejandro Valverde (Las Lumbreras, Murcia, 43 años), retirado al final de la temporada 2022, se encuentra en el Tour de Colombia disfrutando de su equipo, el Movistar, y de un ambiente en el que sigue siendo un ídolo para la afición colombiana y un reclamo al nivel de las grandes figuras que compiten en la carretera hasta el domingo.
En un hotel de la localidad de Paipa, la ciudad termal de Colombia, a orillas del lago artificial de Sochagota, "El Bala" comentó en una entrevista con EFE sus impresiones lejos de la competición, su intento de regresar y la intervención consejera del director Eusebio Unzue para que viera que "hay vida más allá de la bicicleta", aunque su vida, es difícil entenderla sin ella.
La víspera del comienzo del Tour Colombia fue convocado a la rueda de prensa con los favoritos, como si fuese a competir. ¿Qué le dijo ese detalle?
"La verdad es que me sorprendió porque yo vine aquí por el equipo, pero también invitado por el Tour Colombia y la Federación colombiana. Cuando me llamaron para la rueda de prensa y me senté con los demás en el escenario, dije :"Me siento ciclista todavía después de estar un año ya retirado". Para mí fue un orgullo estar al lado de los que están todavía en activo, de los favoritos".
¿Qué siente cuando se da la salida y el pelotón se aleja sin usted?
"Ya no echo de menos salir en la etapa, al principio sí. Ahora mismo me siento ciclista, pero no ciclista profesional. Salgo a entrenar por encontrarme bien y por si hago alguna prueba de gravel, para estar lo más decente posible, pero ya comprobé que, por ejemplo, cuando sale el pelotón, ya no siento nada especial".
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¿Se planteó volver a ponerse un dorsal?
"El año pasado sí, pero más durante los meses de marzo y abril, luego, a medida que avanzaba el año mantuve la idea de la retirada definitiva".
Sin bicicleta no podría vivir
"Hombre, se puede vivir sin bicicleta, claro que se puede, pero vivo mucho mejor con la bicicleta. Ahora bien, segurísimo te digo que estaría perdido sin ella. Al final el cuerpo se acostumbra a todo, y la mente también, pero al principio estaría bastante perdido".
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¿Entonces es un jubilado que ha asumido su condición de retirado?
"Sí, sí, lo tengo asumido desde el año pasado. Siempre es duro dejarlo, eso lo reconoce cualquier profesional al que le preguntes. Cualquiera que deje la bici, como antes Contador o Purito, ha tenido la duda de decir, "vuelvo o no vuelvo", pero la idea se va pasando. A mí me pasó también".
¿Cómo se desarrolló ese intento de querer volver?
"Llamé a Eusebio y le planteé la posibilidad de seguir, lo tenía en mente y se lo tenía que decir a él. Me dijo que no tenía necesidad de volver a competir, que ya no tenía nada que ganar. Entre los meses de marzo y mayo de 2023 estaba decidido a ponerme un dorsal de nuevo, pero a finales de año ya no. Creo que si Eusebio me hubiera ofrecido seguir un año hubiera aceptado".
¿Cómo se siente cerca de los 44 años, qué ilusiones y qué inquietudes tiene?
"Me siento mejor y me noto mejor que nunca, y disfruto mucho más de la bici que antes. Cuando estás compitiendo siempre tienes una presión añadida o un objetivo. La gente que hay detrás quiere que ganes, hay mucha responsabilidad, y eso supone que tienes que descansar mucho, cuidarte, comer bien... Al final desatiendes un poco más a la familia, y ahora lo estoy disfrutando mucho más de lo que antes no podía".
¿Qué otras cosas le gusta hacer en su tiempo libre?
"A mí me gusta seguir montando en bici. También viajar, pero tampoco es algo que me apasione. Una vez que estoy en un sitio digo, mira qué bien, pero el hecho de salir de casa me cuesta mucho más que antes".
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¿Dónde le gustaría viajar?
"Me gusta mucho Nueva York, iría 3 veces al año, aunque es un caos porque la ciudad es muy ruidosa, muy voluminosa, pero me gusta pasear por allí. Me gusta también Italia, Moscú, o sitios de playa. Lo que pasa es que al final es difícil moverse porque tampoco tienes tanto tiempo: lo niños tienen clase, juegan al fútbol... hay obligaciones".
Sigue siendo un ídolo para mucha gente. ¿Lo ha notado en este Tour Colombia?
"Si, hay mucha gente que me anima y me dice que me admira, incluso algunos te dan un abrazo y se pone a llorar. Por ejemplo, el otro día una mujer de 102 años se hizo una foto aquí conmigo, y me cogía de la mano, me daba besos. Resultó un momento emocionante".
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