Desde su época universitaria, Shaquille O'Neal demostró que estaba para brillar en la NBA. Su físico y su forma de jugar daban cuenta del nivel que podía dar, por eso los Orlando Magic lo ficharon en el pick uno del draft de 1992. Rápidamente se convirtió una estrella, pero no puedo revalidarlo en un título para el equipo de la Florida. 'Shaq' confesó por qué no lo logró.
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The Big Podcast with Shaq’, el 'gigante' fue sincero y no se guardó nada. “Esto es sobre mi primer anillo. Podríamos haber ganado a Houston, pero todo fue culpa mía. Realmente lo fue porque tuvimos un exceso de confianza tras ganar a los Bulls porque ya sabes, todo el mundo tenía miedo de Mike (Jordan). Crecí viendo películas de kárate donde en algún momento, el alumno tiene que eliminar al maestro para convertirse en el maestro. Y si Mike era el hombre, el rival a batir, quiero eso. Lo hicimos, les ganamos y tuvimos 10 días libres. Ahí empezaron los problemas, fiestas en mi casa, fiestas en la casa de D Scott. Alquilaba aviones privados antes de que eso existiera”, contó.
En ese mismo sentido, hubo un rival en la final que también tuvo que ver en la merma de O'Neal. “Nosotros junto a D Scott en un jet enano volamos a Atlanta. Estuvimos en Magic City durante dos días y teníamos solo cinco de descanso. Así que las cosas se volvieron locas porque vencimos a Mike (Jordan) y tuvimos a Houston contra las cuerdas durante todo el año, les habíamos ganado. No supe cómo mantener la concentración y se me fue de las manos. Además, cuando estuvimos ahí y jugué contra Hakeem (Olajuwon), que era mi ídolo, le tuve demasiado respeto”, complementó.
Una carrera brillante en la NBA
'Shaq', es una leyenda indiscutible de la NBA. A lo largo de su carrera, este coloso de 7 pies y 1 pulgada se erigió como uno de los jugadores más dominantes en la historia del baloncesto. Conquistó cuatro campeonatos de la NBA (3 con los Lakers, 1 con los Heat) y fue MVP de la liga en 2000.
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Su imponente presencia en la pintura y su habilidad para anotar lo convirtieron en un jugador único. Sus estadísticas hablan por sí solas: promedió 23.7 puntos, 10.9 rebotes y 2.3 tapones por juego a lo largo de su carrera. Además, fue 15 veces All-Star y se retiró con un legado que lo posiciona como uno de los grandes pivotes en la historia de la NBA.
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