Los Milwaukee Bucks, en una fantástica racha de siete triunfos seguidos, arruinaron la previa de las fiestas navideñas a los New York Knicks al vencer este sábado en el Madison Square Garden por 111-130.
Con muchas familias entre el público y algunos espectadores con gorros de Santa Claus, este encuentro para 'madrugadores' (comenzó a las 12.30 del mediodía en la Gran Manzana) sirvió de aperitivo para el partido que también les enfrentará el lunes y que abrirá por la mañana la jornada especial de la NBA por el día de Navidad.
Con este triunfo sin mayores problemas, los Bucks se llevaron por anticipado su regalo de Navidad con su séptima victoria consecutiva para un balance de 22-7.
Se aprovecharon para ello de una de sus víctimas preferidas, unos Knicks que llevan nueve derrotas seguidas contra Milwaukee y que no les ganan desde el ya lejano noviembre de 2021.
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Giannis Antetokounmpo (28 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias) y Damian Lillard (19 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias) encabezaron a unos Bucks que presumieron de fondo de armario con actuaciones muy destacadas de Bobby Portis (23 puntos y 11 rebotes), Khris Middleton (20 puntos) y Malik Beasley (19 puntos y 6 rebotes).
En cambio, Jalen Brunson (36 puntos y 7 asistencias) y Julius Randle (26 puntos y 8 rebotes) se quedaron demasiado solos en los Knicks (16-12 de balance).
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El acierto desde el triple (16 de 32) y el control del rebote (57 por 44) fueron fundamentales en la victoria de los Bucks, que metieron el 52,7 % de sus tiros de campo.
Los secundarios piden paso
El agujero en la zona de los Knicks, sin el lesionado Mitchell Robinson, prometía ser un coladero frente Antetokounmpo y Brook López y las predicciones se cumplieron: en solo dos minutos, Isaiah Hartenstein se fue al banquillo ya con su segunda falta en la mochila.
Los neoyorquinos respondieron explotando las carencias de la defensa exterior de Milwaukee, con Brunson y Donte DiVincenzo presumiendo de clase en el tiro.
Sin embargo, fue un invitado inesperado como Beasley el que brilló con 11 puntos en el primer cuarto (3 de 4 en triples) para que los Bucks abrieran un hueco interesante (27-36).
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Los visitantes se lucieron con un 5 de 7 en triples en los primeros 12 minutos y, pese a que Randle asumió el protagonismo en el ataque de los Knicks, los Bucks se mantuvieron muy cómodos en la órbita del +10 con un Portis que sumó 9 puntos casi seguidos y que entró con muchas ganas en la segunda unidad (38-50 con 6.17 para el descanso).
Milwaukee ganó los minutos sin Giannis y Lillard, una pésima noticia para unos Knicks torpes y espesos en la ofensiva.
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Pero los locales, que llegaron a perder de 16 puntos, mejoraron notablemente su defensa en los últimos minutos, dieron forma a un parcial de 10-2 y, gracias a una lejana canasta de Brunson sobre la bocina, se fueron al intermedio con un 54-62 que parecía un gran premio tras la primera mitad.
Los Bucks dominaron el rebote (34 por 21) y sus dos máximos anotadores fueron dos secundarios como Portis y Beasley (13 puntos por cabeza), pero se enredaron con 8 pérdidas de balón y tuvieron problemas para frenar a Brunson (21 puntos).
Lillard tuvo una primera parte muy gris (2 de 9 en tiros), pero en la reanudación encadenó un dos más uno con un triple. Además, Antetokounmpo sacó músculo en la zona con otras dos canastas con adicional y los Knicks volvieron a descolgarse en el marcador (67-82 con 6.26 por jugarse).
La vida seguía igual para Brunson: continuaba a un nivel excelente, pero salvo Randle ningún compañero se animaba a tomar el relevo.
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En cambio, los Bucks incorporaron a nuevos efectivos como Middleton o Pat Connaughton, siguieron disfrutando de un muy voluntarioso Portis y se marcharon al último cuarto con un margen amplio (87-100).
No hubo espacio para la épica esta vez en Nueva York. Un parcial de 5-14 le dio a los Bucks su primera ventaja por encima de los 20 puntos (92-114 con 6.28 para el final) y los Knicks bajaron los brazos.