Los New York Knicks ganaron este domingo a Los Angeles Lakers a domicilio por 108-112, y cortaron la racha negativa de tres derrotas seguidas tras los nueve triunfos previos al hilo.
Julius Randle y RJ Barret con 33 y 30 puntos respectivamente fueron los artífices de la victoria. El segundo hizo veinte de esos puntos en la segunda mitad.
Randle suma ya 16 partidos con más de 30 puntos fuera de casa, siendo este el mayor registro de este tipo en toda la historia de los Knicks, que además alcanzan 40 triunfos por segunda vez en las últimas diez temporadas. La anterior fue en la 2020/2021, cuando lograron 41.
LeBron James, ausente por séptimo partido consecutivo, se mostró en el banquillo sin su bota ortopédica de protección. Se estima que sea revisado de nuevo en diez días.
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También fue baja para este encuentro Jalen Brunson, que se ha perdido cuatro de los últimos cinco partidos de los Knicks.
Las primeras rentas fueron para los Lakers gracias a un D’Angelo Russell diferencial desde el perímetro. Lideró a los Lakers, con once puntos en tiempo récord gracias a un perfecto 3/3 en triples.
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Russell cerró el primer cuarto con trece puntos en total, sumando también con tiros de dos. Con 16-11, Tom Thibodeau se vio obligado a solicitar tiempo muerto y ajustar defensivamente.
Hubo un contraste notable entre la facilidad aparente de Russell para anotar desde fuera y los problemas de Anthony Davis para hacerlo desde la pintura o media distancia. La defensa dentro del perímetro por parte de los Knicks fue buena, y les permitió no alejarse en exceso en el luminoso.
Entró en juego el factor Julius Randle, que se destacó rápidamente en anotación, firmando 18 puntos únicamente en el primer cuarto. Sacó mucha ventaja con acciones hacia el aro y provocando faltas personales. También metió los siete tiros libres que tuvo.
Nueva York cerró el primer parcial arriba en el marcador por cuatro puntos: 27-31.
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Fueron superiores los Knicks en el rebote por muchos momentos, aprovechando la ventaja física de tener en pista simultáneamente a Mitchell Robinson y Julius Randle. Al rebote los visitantes dominaron 19-29 con efecto claro en los puntos de segunda oportunidad, que eran ya nueve antes del descanso.
Dos triples consecutivos de Russell y el japonés Hachimura acercaron a tan solo dos puntos a los Lakers (53-55) a menos de dos minutos para ir a vestuarios. Y lo llegaron a igualar a 59, pero un último triple de Randle puso un abierto 59-62 al descanso.
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Hubo un enorme contraste en la efectividad del tiro exterior de ambos equipos. Los Knicks superaron por poco el 30% de acierto en sus lanzamientos, siendo Julius Raedle quien abusó en exceso de los tiros de tres, metió uno de los siete que intentó.
El polo opuesto fueron los Lakers, sobre todo D’Angelo Russell con otros dos triples en tres intentos para hacer ocho puntos en el tercer cuarto seguir siendo el referente ofensivo de los locales.
Así, los californianos lograron un parcial de 12-0 para llegar hasta el 81-77 que le devolvió el control del partido. Josh Hart acertó desde el perímetro y cortó la sequía anotadora de los Knicks de cuatro minutos sin encontrar aro.
Con 86-85 para Lakers se afrontaron los últimos doce minutos del partido.
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Los de Thibodeau devolvieron el parcial a los locales, un 8-16 les puso de nuevo al mando, siete puntos arriba y con 94-101 Darvin Ham detuvo el encuentro con tiempo muerto.
El partido físico que plantearon los Knicks superó a los Lakers, que perdían casi cada batalla de contacto. Lograron mejorar en el rebote, pero no lo suficiente.
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Apareció un invitado inesperado, un RJ Barret con trece puntos sólo en el último cuarto para un total de veinte en la segunda parte. Con él los Knicks alcanzaron la máxima renta del partido (+10).
Las siete pérdidas de balón y los estragos en el tiro libre (58,8%) eran demasiado lastre para los locales, que pese a ello todavía no habían dicho su última palabra.
Un parcial de 6-0 fue culminado con un 'alley oop' que dejó a Davis colgado del aro y un ajustado 106-110 a falta de tan solo 46 segundos de partido.
Schroeder redujo a dos puntos la distancia y Nueva York jugó a mantener la pelota hasta que los locales lograron enviar a la línea de libres a Josh Hart con 108-110 en el luminoso con cinco segundos por jugarse.
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Metió los dos y el último tiro a la desesperada lo tuvo Russell, que no lo convirtió y se cerró el encuentro con el 108-112 definitivo.
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