Los Sacramento Kings aplastaron este martes a los Golden State Warriors por 118-94 y tendrán una bala extra en el 'play-in' del Oeste contra los New Orleans Pelicans tras un partido que puede haber significado el final de la dinastía de Stephen Curry y compañía.
Décimos en la fase regular, los de Steve Kerr han vivido una temporada muy convulsa con incontables problemas y todo apunta a un cambio de ciclo para una franquicia legendaria con cuatro anillos y un estilo de baloncesto espectacular y arrebatador.
Los Kings (novenos) se enfrentarán el viernes en Nueva Orleans a unos Pelicans (séptimos) que cayeron ante Los Angeles Lakers (octavos) y en los que Zion Williamson se fue lesionado tras un partidazo de 40 puntos. El vencedor se clasificará como octavo para el 'playoff', donde esperan los Oklahoma City Thunder como primeros.
Muy superiores de principio a fin, los Kings, con un 18 de 39 en triples, vivieron una noche soñada de la mano de un enorme Keegan Murray (32 puntos y 9 rebotes) al frente un quinteto titular en dobles dígitos de anotación.
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Le acompañaron De'Aaron Fox (24 puntos y 6 asistencias), Domantas Sabonis (16 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias), Harrison Barnes (17 puntos) y, sobre todo, un fascinante Keon Ellis que sumó 15 puntos y que además brilló en la defensa a Curry con 3 robos y 3 tapones.
En cambio, los Warriors sufrieron una de esas dolorosas derrotas que aparecen en las últimas páginas de un libro de historia de la NBA.
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Curry consiguió 22 puntos (8 de 16 en tiros) pero Klay Thompson, que es agente libre este verano, firmó una actuación espantosa con 0 puntos (0 de 10, 0 de 6 en triples). Golden State perdió 16 balones y solo metió un 10 de 32 en triples.
Con un ardiente ambiente en la grada y los inconfundibles y estridentes cencerros poniendo la banda sonora, el Golden 1 Center de Sacramento acogió esta nueva edición de una rivalidad entre dos conjuntos separados por solo 150 kilómetros de distancia.
Los Kings buscaban venganza tras perder en 2023 en primera ronda con los Warriors en siete partidos (50 puntos de Curry en el duelo decisivo) y en una serie que tuvo de todo, incluido un pisotón en el pecho de Draymond Green a Sabonis que se saldó con un encuentro de suspensión para el controvertido pívot.
El encuentro de esta noche tuvo toque español por ambos bandos, ya que Usman Garuba debutó en la postemporada de la NBA (dos minutos con los Warriors y con el encuentro ya resuelto) y Jordi Fernández, a falta de su nombramiento oficial como nuevo entrenador de los Brooklyn Nets, continúa el camino hacia el 'playoff' como técnico asistente de los Kings.
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Dolor para Golden State y gloria para Sacramento
Sin los lesionados Malik Monk y Kevin Huerter, Sacramento necesitaba que alguien diera un paso al frente y a la llamada respondió sin dudarlo Murray, imparable en el primer cuarto con 14 puntos y cuatro triples.
A Kerr le salió fatal la apuesta como titular del pívot novato Trayce Jackson-Davis, sobrepasado en su estreno en la postemporada. No tardó en dar el relevo a Jonathan Kuminga pero la situación de los Warriors, sin ningún tipo de ritmo ofensivo, no mejoró.
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Fox se subió al tren de Murray y los Kings forzaron cinco pérdidas de balón de los Warriors para dominar el primer periodo con muy buenas sensaciones (31-22).
Con solo 5 puntos de Curry y 0 de Thompson en el cuarto inicial, parecía una misión imposible para los Warriors y un triple de Barnes encendió la primera alarma en Golden State (36-22 con 9.48 para el descanso).
Ni Curry ni el resto de sospechosos habituales acudió al rescate. El primero en pedir la palabra fue Moses Moody y poco después despertó Kuminga, que con tres canastas seguidas y 12 puntos al descanso dio oxígeno a los visitantes.
Ya no diluviaba pero seguía lloviendo sobre unos Warriors irreconocibles. Curry solo hizo dos tiros en todo el segundo cuarto y uno de ellos fue un triple en el último segundo, a la desesperada y desde mitad de la cancha.
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El base cerró la primera mitad con solo 5 puntos (2 de 5), Thompson se fue de vacío (0 de 5) y Golden State perdió 9 balones y permitió además 9 rebotes ofensivos.
Con semejantes estadísticas, uno diría que los Warriors deberían ir muy por debajo en el marcador, pero nada más lejos de la realidad. Los Kings se precipitaron en los últimos ataques, Sabonis sumó su tercera falta y al final los locales se marcharon al vestuario solo con un +4 (54-50).
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Tendrían que haber aprovechado ese letargo del mejor triplista de la historia porque, tarde o temprano, podía resurgir. Curry metió 5 puntos seguidos para descorchar el tercer cuarto con energías renovadas, pero frente a él se plantó un eléctrico e inagotable Ellis (64-57 con 8.45 en el reloj).
De nada sirvió ese arranque de un Curry que lo intentó por todos los medios posibles porque los Warriors volvieron a enredarse en errores, pérdidas de balón, desconexiones en defensa y torpeza en ataque (Thompson falló sus tres tiros de ese cuarto).
Un parcial de 8-0 le dio a los Kings un +15 en el ecuador del tercer periodo, pero Curry respondió con un triplazo más adicional. Al margen de chispazos aislados, nada le salía a unos Warriors inermes y que desembarcaron en el último cuarto con el ánimo por los suelos (91-76).
Esta vez no hubo milagro, heroicidad de Curry o huracán desde el triple: los Kings, que redondearon su noche ideal con un 27-18 en el último cuarto, se jugarán la campaña en Nueva Orleans y los Warriors afrontan ahora el triste y melancólico desenlace de un equipo que marcó una deslumbrante época en la NBA.
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