Detroit mostró en los primeros minutos la personalidad que tanto se le ha reclamado con un Cunningham muy eficaz cerca del aro y que se marchó rápidamente hasta los 8 puntos.
La máxima de los Pistons llegó a ser de hasta 11 puntos (17-28) a dos y medio para finalizar el primer cuarto. Una buena defensa y saber correr fue la receta de los Pistons, sumada a la falta de acierto desde el perímetro por los Celtics con un 3 de 13 en triples.
Un festival de pérdidas de balón de los Pistons recordó a los presentes por qué son el peor equipo de la NBA y permitieron a Boston recortar con un parcial de 10-2. Se cerró el primer bloque con un igualado 27-30 para los de Monty Williams.
Un triple de Payton Pritchard nada más reanudarse el partido puso por delante a los Celtics por primera vez en la noche. Fue el único en todo el segundo cuarto para un nefasto balance de 11 intentos desde fuera de la línea.
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Cuando parecía que los Celtics retomaban las riendas del encuentro, un nuevo parcial, esta vez de 6-24 por parte de Detroit, comenzó a sonrojar a los de Joe Mazzulla. Fueron momentos para el lucimiento de Cunningham sin apenas errores en sus lanzamientos.
En los de verde se vieron actuaciones poco corrientes. Tatum sumó sólo 4 puntos en este tramo, y ni Porzingis, ni White, ni Al Horford anotaron camino del descanso , cerrándose el ecuador del encuentro con un sorprendente 47-66 para los Pistons.
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... y Boston despierta
Los Celtics se vieron obligados a ponerse el traje de faena en una noche que muchos daban por tranquila. Supieron encontrar ventajas en los centímetros de Porzingis con 12 puntos y el renacer de Tatum con 11. Las dudas de Detroit volvían a aparecer.
Todo se resumió en un aplastamiento de cinco minutos para endosar un contundente 23-7 que puso de nuevo a Boston a un punto (76-77) a menos de cinco para la conclusión del tercer cuarto. Con 82-82 se llegó al periodo definitivo.
Volvieron a ganar la iniciativa los Celtics con una primera canasta de White. Desde el segundo cuarto no la tenían. Pero una vez ahí, no parecía que los Pistons fueran a dejar escapar el partido tan fácilmente y Bogdanovic asumió el mando.
Ante la caída de Cunningham con tan solo 4 puntos en la segunda parte, el croata trató de ordenar a los suyos y generar ventajas. La victoria en un escenario tan emblemático comenzaba a ser una opción real y no podía haber mejor manera de romper una crisis de resultados tan desastrosa.
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Los primeros en cruzar el umbral de los 100 puntos fueron los Pistons a menos de cinco para la conclusión. Los nervios comenzaron a apoderarse de la grada pese a que Porzingis seguía intratable. Era casi una cuestión personal del letón el no ceder ante este rival y frente a su público. Se marchó en el último periodo hasta los 11 puntos.
Con 103-100, Porzingis metió otro triple para poner 6 de ventaja a menos de dos minutos para la conclusión, selló así un 10-0 casi definitivo. Williams se vio obligado a solicitar tiempo muerto.
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La respuesta de Detroit fue impropia del peor equipo de la NBA con un 6-0; todos los puntos conseguidos por Jaden Ivey con un dos más uno y un triple. Después el propio Bogdanovic, tras rebote ofensivo, igualó a 108 con tan solo cuatro segundos en juego y Tatum falló el tiro decisivo para evitar la prórroga.
El tiempo extra sí mostró la personalidad de los Celtics, con White asumiendo el liderazgo con 10 puntos en cinco minutos y bien acompañado por Porzingis con 6 más. El invicto de los Celtics en casa se mantenía y los de Mazzulla ganaron además su primera prórroga de la temporada.