No hay consuelo posible para los Detroit Pistons. Tras convertirse en el peor equipo de la historia de la NBA en una campaña con 27 derrotas seguidas, Detroit sumó este jueves la número 28 en un partido en el que acarició el milagro ante los Boston Celtics pero cayó en la prórroga por 128-122.
La nueva decepción para este equipo en ruinas pero que hoy dio una imagen admirable y tremendamente meritoria ante el mejor conjunto de la liga, llevó a los Pistons a alcanzar la última frontera que les quedaba en su hundimiento: la de las 28 derrotas seguidas que acumularon los Philadelphia 76ers de 2014-2015 y 2015-2016 contando el final de una temporada y el comienzo de la siguiente.
Además, el espantoso 2-29 de balance deja a Detroit con un porcentaje de victorias de .064 mientras que los peores equipos en la historia de la liga al terminar la fase regular fueron los Charlotte Bobcats de 2011-2012 (7-59 y .106 en una temporada reducida por un cierre patronal) y los Philadelphia 76ers de 1972-1973 (9-73 y .110).
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Por su parte, los Celtics (24-6) salvaron un duelo en el que estuvieron contra las cuerdas ante unos Pistons que amenazaron la imbatibilidad del TD Garden (ahora 15-0), tanto que los de Motown iban ganando de 21 puntos en el segundo cuarto y se fueron al descanso con 19 de ventaja.
Sin embargo, se toparon con un Kristaps Porzingis letal que sumó 29 puntos entre la segunda parte y la prórroga para acabar con el milagro de Detroit.
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El letón firmó en total 35 tantos y 8 rebotes. Junto a él, Jayson Tatum (31 puntos, 7 rebotes y 10 asistencias) y Derrick White (23 puntos) fueron los mejores de los locales.
En los Pistons cinco jugadores hicieron dobles dígitos en anotación con Cade Cunningham como máximo anotador con 31 puntos, 6 rebotes y 9 asistencias. También tuvo un brillo especial Bojan Bogdanovic (17 tantos, 12 rebotes y 6 asistencias), que ejerció de líder en la segunda mitad.