Después de la emergencia de abril de 2018, nada volvió hacer igual en el corregimiento de Puerto Valdivia. Aunque poco a poco retornó a la normalidad, el temor por los riesgos en Hidroituango no cambian y, más aún, al conocer el informe de Pöyry, que mantiene la alerta naranja para estas poblaciones aguas abajo.
“El mayor miedo es que esa represa colapse y, entonces, se perdería todo este pueblo. Ojalá, Dios nos ampare y puedan solucionar esos problemas”, indicó Ramiro Taborda, habitante del corregimiento.
El panorama después de casi cuatro años de la emergencia es de ruinas en algunas zonas y no deja de sentirse la zozobra, pero también hay esperanza de ver a Hidroituango generando energía.
“Pues esperamos que sí funcione y que todo esté bajo control, porque uno sí mantiene como que pensando 'bueno, y si de pronto llega a fallar, ¿qué puede pasar'”, expresó Rosa Irene Montoya.
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Lo cierto es que mientras miles de habitantes del Bajo Cauca esperan volver a hacer los mismos de antes, en Hidroituango se trabaja para salvar este magaproyecto de energía eléctrica.
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