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Detenidos en la URI de Puente Aranda, occidente de Bogotá, protagonizaron un motín. Se armaron con palos, destruyeron varias oficinas y hasta incineraron los colchones.
“En esta URI el hacinamiento es tenaz, les están violando los derechos básicos, entre esos la alimentación, la integridad de ellos mismos”, denunció una familiar de los detenidos.
Algunos llegaron hasta el primer piso y arremetieron contra las sillas de las salas de espera, las rejas, puertas y vidrios de los carros que estaban parqueados afuera de las instalaciones de la URI.
“Estas personas aprovechan un traslado hacia los sanitarios, empujan al custodio y el resto de estas personas tratan de fugarse”, informó el general Eliécer Camacho, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá.
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Los que intentaron fugarse no lograron su cometido al encontrarse con hombres de tránsito y de las fuerzas de apoyo de la Policía.
Algunos de los detenidos resultaron heridos y varios fiscales se vieron afectados por la inhalación de humo.
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