Los frailejones que sufrieron las consecuencias del incendio forestal que por varios días consumió más de 70 hectáreas en el Páramo de Berlín,
en Santander, están floreciendo. La lluvia y otros factores fueron decisivos para que comenzaran a recuperarse.
Sí, un milagro de la naturaleza ocurrió en la vereda Ucatá, territorio de los Páramos de Santurbán y Berlín. Los frailejones que hace un mes se veían tapados por las ceniza y el rastro de las llamas, hoy se cubren de color esperanza.
“La hojita ya está agarrando vida, es un color blanco, entonces ahí sigue creciendo y se va esparciendo. Después de eso, en unos seis meses o un año, ya va a empezar a echar una flor”, dice visiblemente feliz Orlando Velandia, habitante de la vereda Ucatá.
La hipótesis de los científicos de la Universidad Industrial de Santander que visitaron los frailejones después del incendio en el Páramo de Berlín se hizo realidad: las plantas tenían mecanismos de defensas para protegerse hasta de las llamas.
Al valle de frailejones también han llegado los soldados del batallón más cercano a regar estas maravillosas fábricas de agua.
“Aún hay esperanza, como dicen, esa esperanza que lo motiva a uno, porque al ver el crecimiento de frailejón dan ganas de seguir ayudándolos a mejorar”, afirma el cabo segundo Óscar Villarreal, orgánico del Batallón de Ingenieros de Combate No. 5.
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Universidades en Santander trabajan unidas para continuar en la investigación de las afectaciones del Páramo de Santurbán, después de este incendio que consumió 350 hectáreas del ecosistema.
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