El abandono de los animales en la calle se ha convertido en una problemática social. En Colombia, al menos dos millones de perros y gatos se encuentran desamparados en condiciones vulnerables, teniendo en cuenta solo las cifras de Bogotá, Medellín y Cali.
Ante este panorama han surgido iniciativas de carácter particular que buscan la protección y el bienestar de aquellos que no tienen voz. Sin embargo, las fundaciones no dan abasto por la cantidad de animales que son abandonados diariamente y que necesitan ayuda para su adecuada recuperación.
Según Liliana Morales, directora de la Fundación Animalista Dando Amor Sanador, todos los días reciben llamados para rescatar perros y gatos en condición de maltrato, que han sido lacerados, golpeados y hasta violados, pero debido al colapso en las instituciones y la falta de recursos, muchos de estos mueren en situaciones terribles.
Para Morales, uno de los principales problemas que enfrentan las fundaciones es la falta de conciencia y cultura ciudadana respecto a la adopción de animales que no son de raza, que ya están viejos o que tienen algún tipo de discapacidad.
“El propósito de un rescate es rehabilitar, restaurar y que ese peludo se pueda reintegrar a una nueva familia. Como los peludos no salen, no podemos seguir rescatando”, comentó.
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A propósito de esta problemática, la empresa de alimentos concentrados Italcol, se alineó con la fundación en un proyecto piloto que busca, desde su responsabilidad social, mejorar la condición de los animales que se encuentran en el refugio y beneficiarlos todavía más. Hasta ahora, la institución ha logrado impactar positivamente a al menos 180 animales.
El presidente de Italcol, Alberto Carbone, asegura que esta iniciativa cuenta con tres objetivos fundamentales que son: mejorar la infraestructura de la fundación para facilitar la adaptación y resocialización de los animales en condición de calle, trabajar en la conciencia de las personas sobre una tenencia responsable de los animales, extendiendo la invitación a adoptar y crear alianzas con el gremio veterinario para generar redes de apoyo.
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“Lo que queremos hacer es sensibilizar al mundo de que existe esta necesidad que todos podemos apoyar. Y sensibilizar a las personas del común que cuando estén pensando en la adopción de una mascota, puedan ver para este lado”, puntualiza.
Por otra parte, se encuentra el proyecto de responsabilidad social empresarial Dejando Huellas, liderado por la compañía de Servicios Nacionales Postales 4-72 en compañía del Instituto de Protección y Bienestar Animal, que busca resocializar animales en condición de calle para que sean adoptados.
Angélica Vanegas, vocera del proyecto, comenta que esta iniciativa surgió en 2018, cuando tres caninos entraron en la sede principal de la empresa y un grupo de trabajadores decidió hablar con el presidente de la organización para presentar la propuesta que sería guiada por el Instituto de Protección Animal.
Hasta la fecha, 200 animales han sido beneficiados y 15 se encuentran en proceso de resocialización. Según Vanegas, esta iniciativa ha tenido gran impacto a nivel organizacional y muchos de los empleados se ofrecen como voluntarios en sus pausas activas para compartir con los animales que se encuentran dentro de la empresa.
De acuerdo con la directora del Instituto de Protección y Bienestar Animal del distrito, Adriana Estrada, cualquier organización puede unirse a este tipo de iniciativa, pues el requisito fundamental es la voluntad empresarial. Solo deben contar con un espacio para la tenencia de los animales, con zonas verdes aptas para su recreación y esparcimiento. “Desde la voluntad se van creando adecuaciones de parte y parte”, finaliza.