Un paseo familiar de fin de año fue el inicio de la batalla que Nathaly Bermúdez, su esposo y su madre tendrían que librar contra el COVID-19 . Un día de aventura y celebración fue también aquel en el que los tres se contagiaron. Rápidamente, la mujer de 32 años vio como el coronavirus la dejaba indefensa.
“Presentaba fiebres altas, el ahogo, la presión en el pecho, las defensas se me bajaron muchísimo, demasiado. Todo el sistema inmunológico empezó a alterarse”, afirmó.
Luego de 30 días de hospitalización y de luchar por su vida, Nathaly ganó la batalla contra el COVID-19. Sin embargo, pasó de estar patinando por las calles de su barrio a ya no poder ni siquiera ponerse en pie.
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“Me afectó muchísimo los pies, esperemos que la recuperación siga prosperando. Es lenta, pero ahí vamos. Ya, gracias a Dios, me puedo parar, porque mi esposo me bañaba, me tenían que bañar, ayudar a comer”, aseguró.
El coronavirus, que en su cuerpo se manifestó de manera agresiva, le afectó también la tensión, el colesterol y hasta la memoria, pero, de igual forma, le permitió reflexionar sobre el valor de la vida y el peligro de esta enfermedad.
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“¿Da por los malos cuidados? Sí. Realmente uno se confía por la ignorancia”, anotó Nathaly, quien reside en Cali , capital del Valle del Cauca.
Mientras la mujer continúa el proceso de recuperación de la mano de su familia, comparte su experiencia para que más personas no tengan que pasar por la difícil situación que padeció.