En el nuevo grupo de indígenas que se sumó a la búsqueda de los niños perdidos en Caquetá se encuentra Carmen Piyué, la única mujer entre los miembros de las fuerzas especiales y los civiles que no escatiman esfuerzos para hallar a los cuatro hermanitos de 13, 9, 4 años y de 11 meses.
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“Me siento orgullosa de ser la única que he venido a acompañar aquí al grupo de compañeros de diferentes territorios de la guardia del Cauca”, afirma.
Dice que ella y sus amigos se prepararon para esta travesía “con nuestros mayores espirituales”.
Son por lo menos 40 indígenas que salieron desde Calamar, en Guaviare, a apoyar las labores de búsqueda de los cuatro niños perdidos en Caquetá, en una selva cubierta con árboles de casi 50 metros de alto y por donde se mueven casi 200 militares, además de los aborígenes.
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“El terreno es muy fangoso, es muy espeso, aquí se necesita es tener la experiencia de poder caminar, de poder explorarlo y la guardia siempre ha sido la que ha estado en los diferentes territorios y es la guardia que conoce el territorio, esté aquí o esté allá la guardia tiene un amplio conocimiento”, aseguró Fabián Ulcué, integrante del Consejo Nacional Indígena del Cauca que acaba de sumarse a la operación Esperanza.
El coronel Gustavo Narváez, comandante de uno de los regimientos de fuerzas especiales del CCOES (Comando Conjunto de Operaciones Especiales), afirma que han “recorrido aproximadamente 40 kilómetros de selva virgen” para encontrar a los niños perdidos en Caquetá.
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“Un kilómetro más abajo de donde fue el siniestro de la aeronave tenemos una zona de desembarco construida por nuestros comandos y por nuestros indígenas”, detalla.
Los grupos que hacen parte de la operación Esperanza y permanecen en la selva, hasta el momento no han vuelto a encontrar huellas o pistas que los lleven a los niños perdidos en Caquetá.
Según la Presidencia, las comunidades indígenas también "adelantan procesos espirituales que consisten en hablarle a la selva y pedirle que ella hable" y les ayude a ubicar a los menores de edad.
En tanto, la Fuerza Aérea arrojó unos 10.000 volantes desde helicópteros con instrucciones en español y en lengua nativa sobre cómo contactar a las autoridades en caso de tener información.
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La Fuerzas Militares habilitaron la línea 107 para que las personas que tengan algún tipo de información se comuniquen con ellas.
Creen que los niños deambulan por un territorio de unos 323 kilómetros cuadrados, el equivalente al 80% del área de Bogotá.