En un batallón de Putumayo, un soldado que estaba prestando el servicio militar mató a un capitán, a un sargento y a otro uniformado. El señalado asesinó se fugó de la base con su armamento tras cometer el crimen, pero fue capturado posteriormente
. Por el momento no está claro que hay detrás de este homicidio múltiple.
El asesinato de los tres militares ocurrió en el Batallón de Selva No. 49, en La Tagua, Putumayo, pasadas las 8:00 p. m. del lunes 26 de febrero de 2024
Según un suboficial testigo, el atacante fue el soldado Alexander Orozco, de 19 años, oriundo de Cajibío, Cauca, y quien llevaba cerca de siete meses prestando servicio militar.
El testigo de lo ocurrido reveló ciertos detalles que hacen pensar que el soldado planeó todo. “Cuando mi capitán fue a pasar revista, tenía una bicicleta y el man ya lo estaba esperando. El soldado hizo un disparo primero para que fueran a pasar revista, llegó, lo prendió y le pegó un tiro en la cabeza”, señaló el suboficial.
El capitán Juan Pablo Herrera Mazo, de 33 años, fue la primera víctima, luego disparó desde una cuneta contra dos soldados, uno de ellos, Andrés Mejía Mejía, murió horas después y el otro está herido.
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Luego, el atacante corrió, dice el testigo, hacia la guardia del batallón, donde sorprendió al sargento Carlos Fernando Rojas Otavo, de 35 años, que lo confundió con alguien que buscaba protección de los disparos.
“Llegó a la guardia y pues mi sargento, al que mató, pensó que no era él quien estaba haciendo los disparos y quien había matado al capitán, entonces (le dice) ‘véngase para acá que no sé qué’, entonces el man ahí lleva su arma y mi sargento se da la vuelta, lo coge por la espalda y le mete tres tiros”, agregó.
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Entre las hipótesis del ataque se evalúa la posibilidad de que el soldado Orozco fuera un infiltrado, pero también se analizan posibles problemas psicológicos. Planteamientos que generan cuestionamientos a la forma de selección de los soldados y a la verificación de la información de quienes ingresan a prestar el servicio militar.
Pero ante la posible infiltración surgen muchas dudas: ¿hay fallas en la incorporación?, ¿qué hacen las unidades para cumplir con las llamadas cuotas de incorporación?, ¿se verifica la información de cada persona que ingresa a prestar servicio militar?