Tres comandos que hacen parte de la elite de los soldados de Colombia fueron los encargados de capturar a Darío Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’ .
Ellos integran la gigantesca unidad que desde hace una década comenzó a cerrarle el cerco al narcotraficante más buscado de los últimos tiempos en una zona de geografía muy compleja, ubicada entre el Golfo de Urabá, el sur de Córdoba y el Bajo Cauca antioqueño.
El viernes pasado, 22 de octubre de 2021, estos comandos se internaron en un paraje selvático en donde estaba escondido alias ‘Otoniel’, protegido por siete criminales más.
"Se nos había ordenado cubrir once puntos de control, en el número ocho logramos capturar al narcoterrorista ‘Otoniel’", señaló uno de esos tres comandos que detuvieron al narco y cuya identidad se mantiene bajo reserva.
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Tras la inserción de las tropas, el máximo cabecilla del Clan del Golfo intentó huir por séptima vez, pero no sabía que estaba rodeado y no tenía escapatoria.
Los militares esperaron durante toda la noche con paciencia, mientras al criminal también lo vigilaban con tecnología de punta desde el aire. Los comandos sabían cómo se movía.
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Las horas fueron pasando y, tras el amanecer, los soldados hicieron creerle al narcotraficante que el operativo había sido fallido. De pronto, estos tres hombres lo vieron moverse en un matorral y le cayeron encima.
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“Venía con su hombre de seguridad. Al verlo, trataban de contener siempre una imagen de campesinos, no llevaban armas y simplemente, en medio del miedo que tenía, dice que no lo maten, comienza a gritar que no lo matáramos, que le respetáramos la vida", señaló el uniformado.
Mientras aguardaban escondidos en la maraña, los tres comandos que capturaron a ‘Otoniel’ se enteraron del asesinato del intendente de la Policía Edwin Blanco , que enfrentaba a los reductos del narco por el lado opuesto donde ellos permanecían. Con más veras, iban por el capo.
En el operativo que acabó con el reinado de alias ‘Otoniel’, también estaban los Lobos, grupo elite de la Policía Nacional en el que hay hombres que dejaron hasta su familia por cumplir el objetivo que les habían trazado hace diez años: capturar vivo o muerto al narcotraficante.
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Ahora, la tarea de los comandos de las fuerzas militares y la Policía se concentrará en liquidar a la estructura de ‘Otoniel’ y recuperar la tranquilidad en la zona en donde se escondió durante años.
Su pendiente también es ir por Gentil Duarte y Jhon 40, traficantes de las disidencias de las FARC a los que esperan neutralizar más temprano que tarde.
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