Eran llevadas a Trinidad y Tobago bajo la mentira de que recibirían hasta $30 millones. Les ofrecían trabajo y terminaban explotándolas sexualmente.
Las proxenetas “recorrían las calles en un sector específico de La Dorada, contactaban a las jóvenes en condición de vulnerabilidad y pobreza, y les prometían trabajo como meseras, enfermeras o niñeras”, describe Mario Gómez, fiscal delegado para la Infancia y Adolescencia.
Las redes de esta organización se habrían extendido a zonas del Eje Cafetero, donde el ente investigador busca más víctimas.
Quienes eran llevadas a Trinidad y Tobago, y se negaban a ejercer la prostitución, las entregaban a las autoridades de ese país para que las deportaran.
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Este nuevo caso recuerda la polémica de la Madame:
A prisión la ‘Madame’, mujer acusada de manejar la red de prostitución más grande del país