A 30 quinceañeras de sectores vulnerables de Barranquilla
les cumplieron el sueño de tener la fiesta que siempre desearon pero que, por los escasos recursos económicos de sus familias, no creyeron que se hiciera realidad.
"Nunca pensé y me siento muy emocionada, no tengo palabras para las personas que nos están haciendo este detalle a todas nosotras, es un sueño que muchas teníamos", sostuvo Tica Miranda, una de las menores de edad festejadas.
La alegría para estas quinceañeras llegó gracias a Sofía Ortiz, una joven estadounidense con familia colombiana y sobreviviente de leucemia, a quien la vida le dio una nueva oportunidad que la impulsó a cumplirle el deseo a estas adolescentes.
La joven sostiene que su buena acción "sí impacta a personas como yo que vinimos a este mundo para ayudar y servir a otros. De verdad que me demuestra que realmente este es mi propósito en esta vida y estoy logrando esto. Aquí no para esto, empezamos aquí".
Las quinceañeras disfrutaron de la fiesta vestidas y maquilladas como lo soñaban, acompañadas de sus padres.
"No todas tenemos los recursos necesarios como para festejar una fiesta o al menos un quinceañero que es algo que necesita demasiado dinero", reconoció Mariana Manosalva, una de las adolescentes que se gozó su celebración de cumpleaños.
Arlenis Quiroz, directora del Colegio Brisas del Río, afirmó que estas quinceañeras "a partir de hoy recordarán un día espectacular, entonces les agradezco a todos los que aportaron y participaron para que estas niñas tuvieran ese sueño hoy hecho realidad".
Las niñas fueron seleccionadas en algunas instituciones educativas de sectores vulnerables de Barranquilla. Son 30 sueños que se cumplieron y que les demuestran a estas jóvenes que todo se puede lograr.
Padre con alzhéimer reconoció a su hija en el día de su boda
Como estas niñas, una novia también vio cómo se materializaba un sueño el día que contrajo matrimonio. Su papá la reconoció en una de las fechas más importantes de su vida.
Una invitación a ponerle color a un lienzo en blanco logró lo inesperado. “Cariño, eres Julia, estás reluciente. ¿Es tu boda?”, se le escuchó decir al padre de la novia, que padece alzhéimer y quien por fin la reconocía.
Y es así como, aprovechando ese instante, la hermosa novia invitó a su padre a disfrutar con ella de un día soñado: el de su matrimonio, el día en el que los ojos de la enfermedad del olvido se convirtieron en los ojos del corazón.
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