En Girardot, Cundinamarca, avanza la búsqueda de la comerciante Ángela Chisacá,
quien desapareció en la noche del miércoles 12 de julio, tras haber llegado a su vivienda, según la investigación. Las autoridades ofrecieron una recompensa que permita dar con su paradero.
“Se han activado todas las rutas y todo el sistema de búsqueda, tanto de Policía, Ejército y Fiscalía, para encontrar cuáles fueron los procesos y el procedimiento que llevó a cabo la desaparición de la señora Ángela”, dijo Francisco Lozano, alcalde de Girardot.
“En este momento se ofrecen hasta 22 millones de pesos para la persona o las personas que nos den información con relación a la desaparición de la señora Ángela”, añadió.
Un primo de Ángela Chisacá dijo que la última persona que la vio fue un vigilante del conjunto donde ella vive.
“Él le abre la puerta, pues en ese momento ella baja el vidrio y el celador se percata de que ella viene en el carro y le da la entrada. Después de 10 o 15 minutos, según las versiones del celador, el carro vuelve a salir, pero no baja el vidrio, sino que él simplemente abre la puerta. Allí es cuando ella sale con paradero desconocido”, detalló.
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Horas después de la desaparición de Ángela Chisacá, su vehículo fue hallado incinerado en cercanías a Flandes, Tolima. Las autoridades desplegaron personal experto en investigación para establecer qué ocurrió.
“Solicitamos a la comunidad que tenga información de esta ciudadana para que informe a la línea 123 o llamen al 320 305 1535”, indicó el coronel Javier Mauricio Castellanos, comandante encargado de la Policía de Cundinamarca.
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Los amigos y allegados de Ángela Chisacá, en especial un grupo de mujeres, organizaron una eucaristía para pedir por su salud y pronto regreso.
En el momento de la desaparición de la comerciante, que tiene dos hijas, la mujer vestía camiseta blanca y pantalón. Ella mide 1,58 metros, tiene el cabello castaño, ondulado, largo hasta la cintura y es trigueña.