En enero de este año se perpetró el macabro asesinato de una familia conformada por un hombre de 35 años, su esposa -embarazada- y su hijo de 16 años. Los cuerpos fueron lanzados a una hoguera que criminales encendieron con llantas usadas, en la vía que conduce de Riohacha
a Santa Marta.
Al sitio llegó un grupo de investigadores de la Dijín que encontró una pista para ubicar a los asesinos. “Encontramos los cuerpos calcinados y de igual manera se puede extraer un fragmento muy pequeño de lo que sería un neumático de una llanta. Con este fragmento logramos establecer el lugar donde vendían estas llantas (…) empezamos a recolectar videos, se verificará aproximadamente 25 establecimientos en donde vendían estas llantas”, contó un investigador.
Así ubicaron el establecimiento comercial en Riohacha en donde los asesinos compraron las llantas utilizadas en el crimen. Agregó el funcionario: “Las llantas las compran en horas de la tarde, estas personas hacen otro tipo de diligencias. Se logra establecer a través de estas cámaras que habrían estado ya haciendo una verificación en el lugar donde iban a cometer el homicidio”.
Con un equipo especial, hicieron un rastreo de las llamadas telefónicas que ese día y a esa hora del crimen se realizaron en la zona. “En los teléfonos pudimos establecer la ubicación técnica de estas personas”, señaló el efectivo de la Dijín.
La información llevó a los investigadores hasta una playa en Coveñas, Sucre, en donde estaba la pareja de esposos señalada de participar en el crimen, disfrutando del sol.
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Y en Sonsón, Antioquia, fue detenido el señalado cerebro del asesinato.
El director de la Dijín, general José Luis Ramírez, explicó que “los tres fueron presentados ante un juez de control de garantías y fueron imputados por el delito de homicidio agravado en concurso homogéneo y sucesivo. Una de las hipótesis es que se trata de una retaliación entre organizaciones criminales”.
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Para la Policía, el hombre que murió en la masacre habría viajado desde Norte de Santander a La Guajira para negociar, al parecer, un cargamento de cocaína, lo que generó molestia a varios narcos de Riohacha, que habrían ordenado a los tres detenidos asesinar e incinerar al sujeto, a la mujer embarazada y su hijo de 16 años.
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