En zona rural de Nóvita, Chocó, una mujer murió tras pisar una mina antipersonal y su hija quedó gravemente herida. El nuncio apostólico que llegó a Quibdó envió un mensaje a los grupos armados para que “dejen por fuera del conflicto a la población civil”.
Claris Guaravata Cerezo, indígena de 42 años, murió tras pisar el explosivo cuando iba de regreso a su resguardo. La Defensa Civil confirmó que la tragedia ocurrió en el corregimiento de Juntas de Tamaná.
Manuel Lozano, director de la Defensa Civil del Chocó, habló sobre este suceso: “Fue una indígena adulta acompañada por una menor. Ellas fueron objeto de un artefacto explosivo. Infortunadamente, la mujer falleció y la niña fue trasladada al centro de salud del municipio de Nóvita”.
Héctor Candelario, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, afirmó que colocaron a disposición una aeronave de la Fuerza Aeroespacial Colombiana “para que asistieran humanitariamente y pudieran prestar la ayuda a estas comunidades indígenas”.
La defensoría del pueblo alertó que el ELN y el Clan del Golfo están sembrando artefactos explosivos a su paso de los territorios en conflicto.
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“Ha aumentado mucho la instalación de bombas en los territorios. Cada vez están más cerca esas trampas explosivas y la munición sin detonar a las comunidades”, dijo Luis Murillo Robledo, defensor del pueblo del Chocó.
A su llegada a Quibdó, Paolo Rudelli, nuncio apostólico en Colombia, lamentó lo sucedido e invitó a los grupos al margen de la ley a tomar los caminos de paz.
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“El Santo Padre siempre ha dado para Colombia un mensaje de paz. Todos tenemos que buscar los caminos de reconciliación y trabajar para el bien común”, expresó el representante de la Iglesia católica.
En una acción humanitaria, la Séptima División del Ejército Nacional trasladó a la menor herida a un hospital de mayor complejidad.