Rompió el techo y, según los habitantes, causó numerosos daños. Ahora pelean por la remuneración que les ofreció el dueño del animal.
Un fuerte estruendo le quitó la tranquilidad a Josefina Núñez cuando se encontraba en una de las habitaciones de su casa, en el barrio Morrorico de Bucaramanga.
Justo antes de que el sacerdote diera la bendición al finalizar la misa que escuchaba por radio, el sonido de las tejas de zinc que se fueron al piso dejó perpleja a la mujer, que al salir del cuarto vio a un toro sobre la parte donde ella había hecho el pesebre, y la sala de su vivienda destruida.
Pero, ¿cómo fue que cayó este animal dentro de la vivienda? El toro, que alcanza a pesar 400 kilos y tiene 14 meses, estaba pastando en el potrero ubicado en la parte superior de la vivienda de Josefina. Se resbaló y fue a dar al techo de la casa.
“El televisor partió, partió el palo del mueble, la nevera la golpeó, partió el lavamanos, el comedor y también partió la tapa de la lavadora”, señala María Helena Bohórquez.
Fue necesaria la intervención de la Policía para poder sacar al animal de la casa y llevarlo de nuevo al potrero.
Los afectados aseguran que la remuneración que prometió el dueño del animal no les alcanza para reparar los daños: “que solamente me daba 400.000 pesos por los daños de la casa y los daños de aquí de la casa van casi en 4 millones de pesos”, señala María Helena.