El defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret, es uno de los funcionarios públicos que tal vez conoce el departamento de Chocó a la perfección: “Me he recorrido toda la costa Pacífica chocoana, visitando los municipios, Bahía Solano, Juradó, Nuquí… hemos recorrido los tres ríos principales del Chocó y sus afluentes y realmente en ese departamento hay una disputa por un control territorial entre las AGC o Clan del Golfo y el ELN por el control territorial del transporte de la cocaína, del clorhidrato de cocaína, así como la explotación del oro. Eso ha implicado que en medio de esa guerra queden las comunidades afro y las comunidades indígenas, que son las que sufren”.
Además, los niños de este departamento también han sufrido la violencia y el desplazamiento en carne propia. Dice el funcionario que al no tener oportunidades, ni siquiera un colegio, no les queda más opción que quedar a merced de los grupos al margen de la ley.
Es increíble cómo un departamento que produce alimentos como maíz, plátano, cacao, coco y varios tipos de metales es uno de los más pobres del país: el 47.9% de la población vive en pobreza, situación que se acentuó en medio de la pandemia.
“La gente se está muriendo de hambre en Chocó porque no hay opción. La gente tiene pancoger, pero en algunas oportunidades en las zonas rurales ni siquiera el pancoger porque el ELN y las AGC les dicen ‘no vengan’”, agrega Negret.
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Bañado por los ríos Atrato, San Juan y Baudó, y siendo Chocó una de las zonas del país donde más llueve, increíblemente más del 53% de sus habitantes no cuentan con agua potable.
La minería ilegal que afecta al departamento también ha sido responsable del deterioro de los ríos, que también están en cuidados intensivos.
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El Defensor también fue enfático en asegurar que todos los servidores públicos deben ser los encargados de vigilar los recursos que ingresan a departamentos como el Chocó, Cauca y Nariño y que la mejor forma de hacerlo es estando allá, en los territorios, con la comunidad conociendo sus problemas.
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