Hacia las 10 de la noche y tras haber terminado un turno de ocho horas de servicio en el CAI de Puerto Rellena, en Cali, un grupo de 15 uniformados del Esmad salió rumbo a su lugar de descanso sin imaginar que el vehículo en el que se transportaban sería blanco de un atentado del ELN.
El intendente Óscar Ochoa, quien llegó a Cali hace solo cinco días, había decidido irse en la cabina del vehículo, lo que lo protegió dela gran explosión . Asegura que, aturdido y algo desorientado, intentó ayudar a sus compañeros.
“El camión que transportaba al Escuadrón Móvil Antidisturbios se encontraba en la parte de atrás todo destruido. Mis compañeros se encontraban en el suelo tendidos y estaban heridos”, recordó el intendente Ochoa tras el atentado del ELN.
Aunque el uniformado, oriundo de Antioquia, aseguró que solo espera recuperarse de las heridas para abrazar a su familia y volver a sus labores, también reflexionó sobre los difíciles momentos que vivió al lado de sus compañeros e hizo un llamado a los responsables.
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“Somos humanos, somos seres queridos y nos esperan en la casa, eso no se hace”, añadió Óscar Ochoa.
La explosión, que por fortuna no dejó víctimas mortales, causó heridas a 13 uniformados, dos de ellos con lesiones permanentes.
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“Dos tuvieron una atención ambulatoria con progreso rápido. Los otros ocho quedaron en observación y de ellos estamos esperando la evolución. Muchos ya tuvieron salida durante está mañana”, comunicó la secretaria de Salud de Cali, Myrelandi Torres.
En inmediaciones al sector del CAI de Puerto Rellena, donde se registró el atentado, varios vecinos reportaron aturdimiento y dolores en el cuerpo.
“Aún me está doliendo porque nos cimbró la columna y los oído. Eso fue terrible”, declaró el habitante de Cali Gilberto Campo.
La explosión también afectó los vidrios y techos de por lo menos 30 viviendas. La Alcaldía de Cali indicó que realizará un censo para establecer los daños.
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