La vía Cúcuta-Ocaña, en Norte de Santander, sigue fuera de servicio por cuenta de la avalancha que se registró en la vereda El Tarrita el pasado mes de mayo de 2023. Los habitantes de estas poblaciones piden la ayuda del Gobierno nacional.
Desde el 30 de mayo de 2023 se está trabajando en la zona para habilitar el paso, pero la cantidad de lodo continúa siendo un problema. Lo anterior ocasiona que la gente arriesgue su vida con poleas para llegar a sus destinos.
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“Si uno se da la vuelta por Bucaramanga, es más caro. Da miedo pasar por aquí porque siente uno que se hunde el terreno”, sostuvo una viajera.
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El Gobierno nacional reconoció que esta emergencia es diez veces más grande de la de Quetame, Cundinamarca, y desmintió los rumores de que ya no se contaba con los puentes militares.
“Van a ser trasladados los puentes que vamos a instalar. Son semipermanentes, estructuras metálicas. Desde Invías estamos revisando recursos para dar la solución definitiva”, subrayó María Constanza García, ministra encargada de Transporte.
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La emergencia dejó tocados los estribos de los puentes. El trabajo de recuperación no ha sido sencillo.
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“Iniciar el traslado de los puentes lo más pronto posible. Estamos dentro del cronograma, dentro de los tiempos. Esperamos agilizarlos en mesas interinstitucionales, vamos a encauzar el río que perdió el cauce por la avalancha”, aseveró Helena Gómez, directora de Invías.
Según lo expuesto por el Gobierno nacional, a finales de septiembre se habilitará la vía Cúcuta-Ocaña, un corredor vial importante y que cuyo cierre les genera millonarias pérdidas a diferentes gremios económicos.
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