Hay dolor e indignación enTarazá, Antioquia, tras la muerte de un niño de 13 años que se ahogó en el río luego de una persecución de varios delincuentes contra su padre.
Vestidos de blanco, varios habitantes de la zona salieron a las calles a rechazar la muerte del pequeño.
“Por la culpa de un hueco que había en la vía se me pinchó la llanta y nunca pensé que por reparar la llanta de mi vehículo se iba a desencadenar la muerte de mi único hijo”, relató Jhon Javier Niño, papá del niño.
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Mientras el hombre despinchaba, llegaron dos delincuentes para atracarlo, entonces, se rehusó, tomó a su hijo y huyó del sitio.
“Por la persecución de los sujetos que nos iban a matar nos tocó tirarnos al río, a ver si salvábamos la vida”, agregó Javier.
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Durante la huida en una lancha, el niño de 13 años cayó al río. El cuerpo sin vida del pequeño apareció horas después.
En una rápida reacción de la Policía de Carreteras, capturaron a los supuestos delincuentes, que resultaron ser sicarios de la banda Los Caparros.
“Se logra la captura de alias ‘38’ y un delincuente que lo acompañaba. Se les inmoviliza una moto e incauta un arma de fuego”, señaló el general Carlos Rodríguez, director de la Policía de Carreteras.
Los detenidos, según la Policía, son sicarios de la banda Los Caparros que libran una guerra por el control en la zona con el Clan del Golfo.
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Entretanto, el padre del niño espera que Medicina Legal le entregue el cuerpo para poder sepultarlo.
En esa ofensiva de la Policía de Tránsito en el Bajo Cauca contra Los Caparros y el Clan del Golfo también han incautado más de 200 uniformes de uso exclusivo de las Fuerzas Militares, cerca de 100 radios de comunicaciones, más de dos toneladas de droga y cuatro toneladas de insumos químicos para el procesamiento de droga.
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