A través de redes sociales se hizo pública una denuncia sobre la presunta tenencia por parte de particulares de un supuesto lobo ártico en una finca de Antioquia. La persona que alertó sobre el hecho fue Natalia Suárez, que ingresó a trabajar como enfermera a una casa en el oriente del departamento.
“Cierto día, haciendo un recorrido por la finca, escuché unos aullidos. Me pareció supremamente extraño, me acerqué, cuando descubrí a Winter con una cadena en el cuello y enjaulado”, dijo la mujer, que además es activista animal.
Ella comenzó a indagar sobre el origen del supuesto lobo ártico y “me decían cosas diferentes, que lo habían traído desde Siberia, que lo habían traído desde Carolina del Norte, hasta que al final la misma familia me comentó que lo había comprado en Estados Unidos y lo había ingresado a Colombia haciéndolo pasar como un perrito”.
Como la tenencia de fauna silvestre y animales exóticos en Colombia es un delito, Natalia puso el caso “en manos de Fiscalía, ya se informó en primera instancia a Cornare, a Policía Ambiental, Corantioquia también ya sabe”.
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Según ella, “al momento de requerirle los papeles al propietario, el día que se hizo la inspección con Cornare y Policía Ambiental, el dueño no mostró los papeles, dijo que no los tenía, que le dieran un tiempo y el tiempo fue que se fueron del país”.
Natalia Suárez asegura que ha recibido amenazas tras haber hecho pública la existencia de Winter, el supuesto lobo ártico que sigue bajo la custodia de sus tenedores y del que no se sabe aún si es perro o un híbrido.
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David Echeverri, coordinador de Bosques y Biodiversidad de Cornare, manifestó que “un laboratorio en California nos puede entregar un análisis genético con un grado de certeza muy alto” para establecer qué tipo de animal es.
Sobre el presunto maltrato animal del que sería víctima el supuesto lobo ártico, el funcionario señaló que “está en un espacio que hemos verificado que está en buenas condiciones”.
“Las fotos e imágenes en redes sociales distorsionan un poco”, dijo, y agregó que “sacar a pasear a un perro con un collar por el predio, para mí no es maltrato”.
Asimismo, señaló que al supuesto lobo ártico “no se le notan marcas, pelones como tal en el cuello y demás. El espacio en que está puede ambientarse y volverse más ameno”.
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