Un soldado que resultó gravemente herido tras caer en una antipersonal en Cauca se reencontró con el enfermero de combate que le salvó la vida. Ambos fueron condecorados por las Fuerzas Militares.
Con un apretón de manos y un abrazo se reencontraron los soldados Leiber Reyes y Leandro Orozco, a quienes el camuflado los volvió hermanos.
Hace 9 meses se vieron por primera vez en medio de un combate con las disidencias de las FARC en el Cauca. En esa ocasión, Reyes le salvó la vida a Orozco.
En ese momento, el soldado Orozco avanzaba con su unidad militar hacia un campamento de las disidencias de las FARC: “Nos abrimos para cubrir el cerro y allí estaba minado. Me elevó por el aire. Cuando caí, estaba tapado en humo y con ardor en el pie, no me podía contener. Cuando me miré, vi que había perdido la pierna totalmente, quedé mutilado. Se me vinieron a la mente mi mamá, mis hijos, se le viene toda la familia a uno”.
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Con el soldado Orozco herido y a punto de morir, los helicópteros trataban de ingresar a la zona para extraerlo, pero los criminales no lo permitían.
“Fueron casi 20 horas que estuve en el área, sufriendo dolor toda la noche. La peor tortura que he podido tener en mi vida”, aseguró el soldado Orozco.
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En ese momento, ocurrió algo que fue catalogado como un milagro. A la zona llegaron la esposa, la hermana y la hija del soldado herido.
“La esposa nos dice que lo saquemos, que no lo dejemos morir. En ese momento, nos llenamos de valor y arrancamos en la aeronave. Llegamos y él estaba muy débil, la amputación se estaba empezando a infectar”, aseguró Reyes.
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Desde ese día, los militares no se volvieron a ver. Ahora, estos hermanos fueron homenajeados durante la Noche Púrpura de las Fuerzas Militares, donde 168 uniformados destacados recibieron un reconocimiento por su trabajo y sacrificio.