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“Para los baños toca buscar el monte”, dicen los conductores y pasajeros afectados, algunos de los cuales llevan 48 horas esperando a que abran el paso.
Vendedores informales han llegado hasta el kilómetro 35, donde hay más de cien vehículos parqueados por los 14 derrumbes de la vía, para calmar el frío o el hambre de los afectados. Para algunos fue mejor pasar la noche con un buen pedazo de gallina que pensar en las horas que han estado en el trancón.
Para asearse durante la espera, hay quienes se abastecen con una “botellita de agua”.
Coviandes aún no ha informado cuándo se restablecerá el paso, pero asegura que se ha trabajado sin descanso en la remoción de escombros.
Preocupa que nuevas precipitaciones vuelvan a provocar derrumbes.
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