Más de 1.500.000 abejas han muerto en el municipio de Apía, en Risaralda, según denunciaron apicultores de la zona. Un pesticida sería lo que ha provocado la emergencia ambiental.
Son cerca de 30 colmenas las que se vieron afectadas por el químico que está siendo utilizado en algunos cultivos de aguacates en el municipio de Apía.
Los apicultores denuncian que la producción de miel ha disminuido por esta razón, pues de una colmena se podían sacar doce kilos y ahora solamente se están sacando cuatro.
El invierno también está afectando la labor de quienes trabajan con las abejas.
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Es la segunda vez en marzo que denuncian la muerte de millones de abejas en el departamento de Risaralda.
A principios de mes, reportaron la muerte de los insectos de 60 colmenas de municipios como Drapia, en Risaralda, y Viterbo, en Caldas.
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Ignacio Roldán dijo en ese momento que requerían “un poco más de presencia estatal. Ya se ha venido presentando tiempo atrás, pero ahora se ha agudizado más”.
La muerte de las abejas afecta a decenas de familias que dependen de la apicultura.
El pesticida que habría causado el problema también ha matado otras especies de insectos, como mariposas y controladores biológicos.
El apicultor Roldán denunció que quienes trabajan con las abejas ven “afectada su economía, su sustento familiar, pierden grandes cantidades de dinero, son millones y millones de abejas que se van perdiendo”.
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Los apicultores dicen que no se han llevado a cabo investigaciones sobre ese insecticida por parte de los organismos de control.
Desde el año 2015 se vienen registrando muertes de abejas en Risaralda.
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Pese a esta tragedia ambiental, hay buenas noticias para el medio ambiente luego de que una tortuga en peligro de extinción se convirtiera en padre por primera vez a los 90 años en un zoológico de Texas, en Estados Unidos.
El espécimen, bautizado como Mr. Pickles (señor Pepinillo), tuvo tres hijos: Dill (Eneldo), Gherkin (un tipo de pepinillo en vinagre) y Jalapeño.
Este espécimen es conocido como tortuga estrellada de Madagascar, en peligro por la caza furtiva para su venta ilegal y las pocas crías que suele tener.
En China puede llegar a pagarse el equivalente a 50 dólares por uno de estos animales para el consumo humano.