Sandra Ortiz,
la exconsejera presidencial para las Regiones detenida por el escándalo de corrupción de la UNGRD, afirmó en diálogo con Noticias Caracol y Blu Radio que al testigo principal del caso lo asesinaron.
Vea aquí la entrevista completa con Sandra Ortiz.
En su relato, la exfuncionaria dijo que la quieren matar “personas interesadas en que no hable la verdad, que no cuente la historia y porque al principal testigo lo asesinaron. Él me acompañó en todo”.
Al ser pregunta sobre la identidad de ese hombre, manifestó que “es una persona que asesinaron”. A la contrapregunta de si se trataba del esmeraldero Juan Sebastián Aguilar,
conocido como Pedro Aguilar o Pedro Pechuga, al que un francotirador mató en la noche del miércoles 7 de agosto de 2024 en Usaquén, en el norte de Bogotá, Sandra Ortiz respondió: “No puedo hablar”.
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¿Quién era Pedro Aguilar?
Oriundo de Chiquinquirá, Boyacá, Aguilar comenzó su carrera en el negocio de las esmeraldas como guardaespaldas de Víctor Carranza, una prominente figura en el sector durante las conocidas guerras verdes.
Tras la muerte de Carranza, en abril de 2013, Pechuga utilizó su experiencia para fundar Seguridad Oriental, una empresa que proporcionaba servicios de vigilancia a Esmeraldas Mining Services y Colombian Shared Services, conocidas como Compañías Muzo Colombia.
Esta compañía no solo protegía a otros esmeralderos y minas, sino que también gestionaba la seguridad para varias instituciones públicas. Su asesinato generó una gran conmoción en el gremio esmeraldero.
Fedesmeraldas expresó su profunda indignación por su muerte, condenando el acto violento y pidiendo una investigación exhaustiva. “Este lamentable hecho atenta no solo contra la vida de un ser humano, sino también contra los valores de seguridad, paz y respeto que defendemos como gremio”, declaró la organización.
¿Cómo mataron a Pedro Aguilar?
El ataque fue perpetrado por un francotirador que se ubicó en una zona boscosa cercana al conjunto residencial donde vivía el esmeraldero, desde donde disparó a Pechuga con un fusil de asalto Galil, calibre 5.56 mm, equipado con mira telescópica.
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El asesino habría ingresado al área a través de un punto alambrado cercano, posiblemente un lote baldío, y se habría desplazado unos dos o tres kilómetros hasta ubicarse en una posición estratégica.
El ataque ocurrió cuando Aguilar, acompañado de su familia y cinco escoltas en tres camionetas, salía de su residencia tras una misa para bendecir su hogar. Aunque el conjunto cuenta con vigilancia, solo está activa durante el día y el área donde ocurrió el ataque es especialmente oscura y carece de cámaras de seguridad durante la noche.
Tras el crimen, el francotirador habría huido en caballo.