Un médico que transitaba en su vehículo por la carrera 68 sintió un estruendo cuando pasaba por debajo del puente de la calle 80. Pensó que era víctima de los rompevidrios , pero lo que dañó el cristal resultó ser una roca que se desprendió de la estructura por la que pasaba.
“Ahí está la roca en el carro”, señaló Jaime Peñarete, quien acababa de comprar un celular. Supuso que lo venían siguiendo y que querían despojarlo del aparato.
Tras descubrir que en realidad la piedra había caído del puente acudió a las autoridades.
Ahora no sabe quién le va a responder por los dos millones de pesos que le cuesta el arreglo de su vehículo, pero lo que más le preocupa es “que no le pase a un motociclista, un pasajero o un conductor que vaya a gran velocidad” y por eso pide intervención de las entidades correspondientes.
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