La sequía mantiene en alerta a varias zonas del norte y del oriente de Colombia. Que haya llovido en las últimas horas en el centro y occidente del país no significa que el fenómeno de El Niño esté superado. Los expertos advierten que la temporada seca sería más fuerte a lo largo de febrero. Preocupa la situación de los ríos.
Ríos secos y convertidos en playas, bancos de arena en mitad ciénagas, pozos y jagüeyes sin reservas, así como pastos y frutos secos es una realidad que no deja de ser escalofriante y evidencia la grave sequía por la que atraviesa el país.
Del río Guabas, ubicado en Guacarí, Valle del Cauca, solo queda un camino de piedras. Aunque la población no está en riesgo de quedarse sin el suministro, los ríos del municipio han disminuido su caudal en un 40%.
“No, horrible y tremendo. Más que todo para los cultivos porque de aquí sacan agua para los riegos de caña”, dijo Daniel Gutiérrez, habitante de Guacarí.
Y, aunque parezca increíble, el segundo río más importante de Colombia, el Cauca, que pasa por Santa Fe de Antioquia, se puede cruzar a pie.
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Su nivel ha disminuido en poco más del 75%, afectando a la comunidad y amenazando la supervivencia de la fauna local. Las comunidades están sedientas y buscan agua para llevar a sus hogares.
Hasta en burro tienen que salir en Manatí, Atlántico, a buscar el líquido en los pocos pozos que quedan con algo de agua.
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El agua potable comenzó a escasear en áreas rurales y los colegios no son la excepción. En la institución educativa Nuestra Señora de la Candelaria, ni una gota de agua sale del grifo del lavamanos del baño. Hay 25 colegios del Atlántico en riesgo de quedar sin agua.
Racionamiento de agua en varios municipios de Colombia
En los departamentos golpeados por la sequía, varios municipios permanecen con racionamiento de agua. En Santander, por ejemplo, hay restricción de agua en Vélez, San Gil y Los Santos, y están llevando agua en carrotanque a al menos seis veredas de Barichara.
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En Atlántico, Manatí, Candelaria, Luruaco, están bajo racionamiento.
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