En el municipio de Sonsón, Antioquia, las autoridades ambientales recuperaron una guacamaya azul y amarilla (Ara ararauna) que había permanecido durante 15 años en cautiverio y cuyo plumaje presenta graves complicaciones.
Este es un tipo de ave endémica que se encuentra principalmente en las selvas tropicales y sabanas de América del Sur.
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La Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare, Cornare, informó que recibió una denuncia por tenencia ilegal de la guacamaya y, después de un trabajo articulado con la Policía Nacional, el animal pudo ser rescatado y trasladado a su Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, CAV.
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Tras la valoración inicial, veterinarios del CAV reportaron que la guacamaya sufre de síndrome de picaje severo, un trastorno que hace que el ejemplar se arranque las plumas como consecuencia del estrés y de las malas condiciones que tuvo en cautiverio.
¿En dónde se puede denunciar el tráfico o tenencia ilegal de fauna silvestre?
Cornare, a través de una publicación en la red social de X, aseguró que la guacamaya deberá pasar por un “largo y complicado proceso de rehabilitación”, como consecuencia del tráfico o tenencia ilegal de fauna silvestre, e invitó a la ciudadanía da denunciar este grave delito a través de la línea 3217811388 o al correo cliente@cornare.gov.co.
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Autoridades ambientales de Antioquia habían recuperado también una lora en cautiverio
El pasado mes de enero, este mismo medio informó sobre la recuperación de una lora frentiamarilla enferma que, después de pasar décadas en cautiverio, logró ser rescatada por las autoridades ambientales de Antioquia.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá compartió fotos de la lora que pasó más de 40 años fuera de su hábitat. La mala alimentación y estar en un entorno ajeno a su naturaleza le pasaron factura a la lora.
En el momento de su rescate el animalito presentaba sobrecrecimiento de sus uñas, deformación de los huesos de los dedos y masas en el rostro provocadas por una enfermedad metabólica.
"El cautiverio no es vida. Los animales silvestres no son mascotas. Cada uno pertenece a su hábitat natural, donde puede vivir en libertad y mantener su salud física y comportamental", resaltó el Área Metropolitana.
Esta lora frentiamarilla (𝘈𝘮𝘢𝘻𝘰𝘯𝘢 𝘰𝘤𝘩𝘳𝘰𝘤𝘦𝘱𝘩𝘢𝘭𝘢)pasó más de 40 años en cautiverio. Las secuelas: Sobrecrecimiento de uñas, deformación en los huesos de sus dedos y enfermedad metabólica que provocó masas en su rostro. Los animales silvestres no son mascotas 💔 pic.twitter.com/O8pSAQ9zTe
— Área Metropolitana del Valle de Aburrá (@Areametropol) January 17, 2025
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