En medio del revuelo por el anuncio de las extintas FARC donde se atribuyen el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado , Flamini Tovar, uno de las tres personas detenidas días después del hecho registrado hace 25 años, habló sobre lo que significa esta noticia para él y recordó el drama que vivió por un crimen que no cometió.
“La recibo con sorpresa, pues tantos años sin hablar del caso y que las FARC salgan a decir que fueron ellos es un poco de tranquilidad para uno que estuvo sindicado por eso”, aseguró el hombre, quien, por el magnicidio, estuvo seis años y un mes en prisión.
Para la época en la que ocurrió el asesinato del líder político, 2 de noviembre de 1995, Flamini era estudiante de una universidad de Sincelejo, capital de Sucre, y, el día del crimen, se encontraba en el entierro de su abuela.
“El 1 de noviembre se había muerto una abuelita mía y el 2 le dimos la cristiana sepultara a eso de las 9 de la mañana. Ahí estábamos con toda mi familia, en el entierro de mi abuela”, recordó.
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Afirmó que terminó involucrado en el asesinato luego de que un vecino le manifestara a un agente de la Sijín de Sincelejo que él y otras personas le habían confesado su participación en el crimen. Posteriormente, se produjo la captura.
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“Eso fue un 20 de noviembre, todo el barrio estaba rodeado de policías y nos capturaron. Nos llevaron a las instalaciones de la Sijín en Sincelejo y, al día siguiente, directo a Bogotá”, indicó.
Contó que, las pruebas de que había estado en el sepelio de su abuela cuando fue perpetrado el homicidio no sirvieron en ese momento y que solo seis años después se logró concluir que eran inocentes. Sin embargo, su compañero Héctor Paúl, otro de los tres detenidos, sí fue sentenciado.
“A él lo condenaron injustamente porque todo el mundo en Sincelejo sabe que él estaba en el entierro de mi abuelita”, dijo Tovar, al puntualizar que la sentencia que recibió fue de 40 años de prisión.
Ante esta situación, la misma familia de Álvaro Gómez incluso ha solicitado que lo dejen en libertad y ha reconocido su inocencia.
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“Estuvieron el año pasado en Sincelejo, cuando la Fiscalía nos indagaba como para reabrir las investigaciones, y nos dijeron que sabían que éramos inocentes, que eso lo iban a aprobar”, aseveró.
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Flamini Tovar también habló de quién habría estado detrás de las falsas acusaciones en su contra.
“Como en ese tiempo ofrecían ese poco de plata y el señor Carlos Lúber, un ambicioso que siempre decía que tenía que tener plata como fuera, salió con ese agente de la Sijín y perpetraron todo ese montajes, y allá en Bogotá como que les dieron la cátedra de lo que tenían que decir”, dijo.
Expresó que su vida, por supuesto, cambió completamente, pues, además de no poder terminar sus estudios, varios de los abogados que lo representaron abandonaron el caso y debió enfrentarse a condiciones difíciles en la cárcel.
“Mi papá invirtió un poco de plata en abogados, que renunciaban al caso porque los amenazaban, y era gaste plata aquí y allá. En la cárcel, tenía uno que pagar la estadía porque allá adentros se cobra y, como era un caso tan famoso, la gente pensaba que tenía plata, que pedían a cada rato”, señaló.
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Sostuvo que aún no ha recibido indemnización por parte del Estado, pero manifestó que, más allá de eso, solo busca que el Gobierno y la justicia reconozcan públicamente su inocencia.
“Solo quiero justicia, que se reconozca que no tuvimos nada que ver en eso, porque siempre uno, en cualquier lugar, la Policía lo para a uno y lo tildan de asesino, que estuvieron en eso. Muchas gente allegada a uno pensaban que uno tenía que ver en eso”, concluyó.
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