El gobernador de Córdoba, Orlando Benítez, se pronunció por los graves hechos ocurridos en Tierralta el lunes 11 de septiembre,
cuando cuatro militares amenazaron a la población de la vereda El Manso, entre la que había madres con bebés en brazos y niños.
Según el mandatario departamental, “hasta la tarde de ayer (martes) ellos se autodenominaron como disidencias de las FARC, pero la hipótesis que cobró fuerza la noche anterior y confirmada hasta ahora por el comunicado de la séptima división manifiesta que posiblemente son miembros del Ejército, lo cual genera muchas más dudas que respuestas”.
Es por esto que Benítez solicitó a la fuerza pública “que nos precisen la identidad, quién dio la directriz, cuál es el fin, por qué amenazan, amedrentan, constriñen y de manera violenta atentan contra la población, contra las mujeres, contra la juventud”.
El gobernador de Córdoba expresó su preocupación “cuando en el departamento venían transcurriendo, en términos generales, hechos tranquilos”.
Dijo que lo ocurrido en Tierralta “rompe la confianza en la institucionalidad de ser confirmada esta hipótesis que se ha planteado”.
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Asimismo, indicó que solicitará “a la Fiscalía que individualicen a las personas, todo el castigo y el peso de la ley para que puedan impedir que se repita esta situación”.
“Desafortunadamente tuvimos ese episodio en el municipio de Tierralta el lunes y esperamos que no se presente nuevamente”, señaló.
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Benítez insistió en que “genera muchas dudas este comportamiento; queremos saber bajo las órdenes de quién estaban, por qué cumplieron esa misión, por qué atentaron contra la población de esa manera, rompiendo el equilibrio de tranquilidad. Hoy que el país y el departamento quiere consolidar una paz territorial, este tipo de mensajes contrarían el objetivo principal”.
Y recalcó que “este tipo de comportamientos atípicos dentro del Ejército, por supuesto que golpean la confianza en la institucionalidad”.
¿Cómo se dieron los hechos en Tierralta?
Un grupo de hombres, portando armas de largo y corto alcance, empezaron a intimidar a los ciudadanos, entre los que había madres con bebés en brazos y niños que empezaron a llorar aterrados por las amenazas.
“¿Por qué no se identifican? Identifíquense”, pedía una mujer. Otra, con su bebé en brazos, ante la intimidación de un sujeto que cargó su pistola y la enfrentó, le tiró la mano con fuerza y le reclamó respeto por los derechos humanos.
En los videos quedó grabado también cómo uno de ellos empujó a una de las mujeres y luego tomó su fusil y le ordenó que se callara. Luego apareció otro individuo apuntándoles a quienes se encontraban en el kiosco. Al fondo se veía a niños llorando, aferrados a su mamá.
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