Hay polémica por la quema de más de 80 libros que al parecer contenían parte de la historia del municipio de Pensilvania, Caldas. Muchos consideran que esa literatura debió ser donada a instituciones y no destruida.
Un video comenzó a rodar por redes sociales y prendió las alertas en Pensilvania por la quema de decenas de libros.
“Estos podrían haber sido utilizados por otra persona, libros del municipio con historia del municipio, gente sin dolor por la historia, por la lectura, por todo...", dice una persona en el video.
Tras la denuncia que hizo un habitante de Pensilvania, el alcalde del municipio, Jorge Orlando García, respondió. "Se encontró que 82 libros no tenían forma de ser restaurados o recuperados y por eso se ordenó la recuperación", señaló.
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Entre las obras destruidas se encontraba ‘Las historias de La Rioja", del escritor Silvio Aristizábal Giraldo, quien nació en Pensilvania. "Cuenta la historia de la vereda del mismo nombre, donde transcurrió mi infancia y donde mi familia materna vivió la mayor parte del sigo XX", explica el autor.
Para los historiadores, quemar estos libros significa quemar parte de la historia de la región.
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"¿Cuál es el problema?, que es un crimen quemar libros. Eso nos recuerda esas épocas nefastas en la historia de la humanidad, en Alemania o en la historia de Colombia, del siglo pasado cuando la violencia política contra liberales, masones, librepensadores, etc.", dice el historiador caldense Albeiro Valencia.
Una obra de Pablo Neruda logró ser rescatada. “Se puede observar que no está en un 10 de 10, pero que todavía sirve para ser leído, el cual digamos que se puede observar que hasta separador traía y todo”, afirma el historiador.
Noticias Caracol consultó al experto Albeiro Moreno para saber si un libro que está en mal estado por humedad, hongos u otras circunstancias se puede recuperar.
"Es muy difícil. Ya los libros quedan prácticamente inservibles porque con el orín de cucaracha, el orín de las ratas, el comején, con el tiempo el papel se va deteriorando. Llega un momento en que les da hongos y se convierten en un peligro para la salud", dice Moreno.
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Historiadores y gran parte de la comunidad de Pensilvania, Caldas, aún se preguntan el número real de libros destruidos ya que la administración asegura que muchos textos fueron llevados a la biblioteca municipal.