Si va manejando en Bogotá por la avenida Boyacá abra bien los ojos cuando pase por la calle 66A. Allí está ubicado, en el carril central -sentido norte-sur-, un hueco pinchallantas que no perdona al conductor que caiga en él.
En la noche del martes 21 de marzo por lo menos diez carros fueron sus víctimas. Todo porque llovió durante casi toda la noche y el agua tapó la trampa vehicular.
Uno de los vehículos tuvo tan mala suerte que al pasar por el hueco pinchallantas no perdió uno, sino dos neumáticos. No le quedó más remedio que llamar a un amigo para que le prestara un repuesto, pues los vehículos por lo general solo llevan una llanta extra en el baúl en caso de emergencia.
Los conductores que cayeron en el hueco pinchallantas ahora no solo tienen que pagar por la rectificación del rin, que puede costar entre 40 mil y 60 mil pesos, sino que también deben asumir el costo de un neumático nuevo que, en promedio, se consigue desde 250 mil pesos.
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El cráter en la avenida Boyacá preocupa a quienes transitan la vía, pues si caen en él en la madrugada no solo deben cambiar la llanta, además quedan a merced de la delincuencia.
Por fortuna, el hueco pinchallantas no causó accidentes que lamentar.
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Pero en Estados Unidos sí se produjo un siniestro fatal y no por el mal estado de las vías.
Un adolescente de 16 años, que no tenía licencia de conducción, manejaba un carro y se habría quedado dormido al volante, por lo que perdió el control del vehículo, chocó contra una roca y luego contra un árbol, ocasionando que el auto se quemara con los ocupantes dentro.
Había seis personas y solo una, de 9 años, logró sobrevivir al escapar por la ventana trasera con ayuda de la Policía. El resto de los fallecidos tenían entre 17 y 8 años.
Las víctimas del siniestro murieron por traumatismo contundente.
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En el estado de Connecticut, donde se produjo el accidente mortal, un menor de 16 años no puede conducir con nadie que tenga menos de 20 ni tampoco puede circular entre las 11:00 p.m. y las 5:00 a.m.
Por esta razón se investiga cómo fue que el joven que conducía pudo acceder al vehículo alquilado.