El Gobierno colombiano anunció un viraje en la lucha antidrogas para frenar un eventual aumento de cultivos ilícitos. La estrategia contempla, entre otras cosas, la suspensión de la aspersión con glifosato.
La erradicación manual voluntaria será la base de la estrategia que tendrán las autoridades, especialmente en cuanto a la hoja de coca, según lo explicó el director de la Policía, general Henry Sanabria, en Noticias Caracol.
Minutos después de esa declaración, a través de un comunicado, la misma Policía Nacional ratificó que sobre esos cultivos ilícitos no se realizarán aspersiones aéreas con glifosato y confirmó a las comunidades su apoyo para implementar acciones de sustitución de los cultivos ilícitos. Una determinación que fue apoyada por algunos expertos.
“La aspersión aérea como estrategia no ha dado resultados contundentes ni en Colombia ni a nivel internacional. Tres variables de análisis. Primero, cuando comienza la resiembra en Colombia lo que se ha visto es que aumentan los precios a nivel internacional a partir de la demanda de Estados Unidos y de Europa. Segundo, con el aumento de los precios lo que comienza es un aumento de la resiembra en Colombia”, afirma Néstor Rosanía, analista en seguridad.
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Sin embargo, otros expertos manifestaron su preocupación por los recursos invertidos en el gobierno anterior para la aspersión aérea.
“Se habló de un detrimento patrimonial, pero no lo hubo porque el presidente Duque en su momento lo hizo dentro del marco de la legalidad. El problema se suscita ahora porque el presidente Petro, por lo que tenemos entendido, no va a usar ese glifosato para la erradicación de estos cultivos”, dice Wilson Murillo, analista y abogado de la Universidad Manuela Beltrán.
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El experto se refiere a los casi 12.500 millones de pesos invertidos hace ya casi más de un mes, durante el gobierno Duque, para comprar cerca de 3.000 litros de glifosato para la aspersión y el mantenimiento de al menos nueve aviones pequeños, donados por el Gobierno de Estados Unidos, y que se utilizarían para ejecutar esa aspersión aérea.
A pesar de los cambios anunciados en esta política antidrogas, el ministro de Justicia, Néstor Osuna, dejó en claro que no habrá legalización de la cocaína.
“No se va a legalizar la cocaína en este gobierno. Se va a intentar centrar la persecución del aparato, digamos de Policía y jueces del Estado, en las estructuras de narcotráfico, de mafias, de lavados de activos y se va a enfocar hacia la salud pública y la supervivencia económica para los consumidores y para los campesinos consumidores”, indicó Osuna.
La lucha antinarcóticos también fue el punto de análisis entre el presidente Petro y la comisión de Estados Unidos liderada por el director de política de control de drogas de ese país, Rahul Gupta, quien habló de errores cometidos en dicha lucha.
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Sin embargo, el Gobierno de Estados Unidos en reuniones recientes con representantes del gobierno de Gustavo Petro también se pronunció sobre el tema.
“Ansiamos seguir cooperando en asuntos antinarcóticos y de seguridad, mientras trabajamos en alinear nuestras prioridades e intereses en común. El presidente Biden es consciente de que muchas de las políticas del pasado han marginalizado a algunas personas y no han trabajado para muchas poblaciones y lo podemos hacer mejor”, explicó Rahul Gupta.
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Según la Oficina de Control de Drogas de los Estados Unidos, en el año 2018 Colombia tenía 169 mil hectáreas de cultivos de coca frente a 154 mil hectáreas que registraron en el 2019.
En 2021 se detectó una reducción del 4,7% de los cultivos en comparación con 2020. Colombia pasó de 245.000 hectáreas en 2020, a 234.000 hectáreas en 2021.
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