Recientemente, disidentes de las extintas FARC anunciaron, en un video, que varios frentes se van a unificar. Además, se declararon en contra de los procesos de deforestación que se vive en las selvas de Colombia y pronunciaron discursos ambientalistas.
¿Qué hay detrás de la voluntad ecológica de los miembros de las disidencias? ¿Es una estrategia militar o pretenden ganar adeptos con el discurso?
Los miembros de los Comandos Bolivarianos de la Frontera, que delinque en Putumayo , recientemente anunciaron su adhesión a la Segunda Marquetalia de Jesús Santrich .
Ellos fueron los que grabaron el video en el que demuestran una postura ambientalista y protectora de los recursos naturales.
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“Pedimos respeto para el agua, el aire, la flora y la biodiversidad. No permitiremos la práctica del fracking en la frontera. Los Comandos Bolivarianos juramos defender a los pueblos de la Amazonía”, dice un miembro de ese grupo.
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Los Comandos Bolivarianos también se declararon en contra de la deforestación.
Para el profesor Gabriel Tobón, investigador de la Facultad de Hábitat de la Universidad Javeriana, no es extraño el discurso ambientalista de los grupos disidentes, pues les conviene arroparse con el manto que les provee la selva.
“No es desconocido para nadie, o por lo menos para las personas que conocen estas realidades, que la guerrilla actuaba como un regulador de los procesos de deforestación o de procesos masivos de caza y pesca, pero lo hace, creo yo, por razones funcionales e instrumentales”, recalcó Tobón.
Un factor que llama poderosamente la atención es que los disidentes no operan en las selvas que no han sido depredadas por los cazadores de madera, lo hacen en los puntos más críticos, los satélites que, según el Ideam, son núcleos de deforestación.
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Pero tampoco se desconoce que, así sea a fuego, los integrantes de los grupos criminales hicieron las veces de “autoridades ambientales” en las zonas en las que no llegaba el Estado.
“Políticamente les conviene ponerse en defensa y protección de la selva húmeda tropical, sin embargo, ellos han tomado medidas”, manifestó el investigador.
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Algo que sí está claro es que una cosa eran las extintas FARC y otra las disidencias. Rodrigo Botero, director de la Fundación de Conservación para el Desarrollo Sostenible, hay intereses económicos legales e ilegales que acaban con la selva.
“En el proceso de reconfiguración se han dado alianzas muy importantes que han dado como resultado el cambio en el territorio, también el proceso de apropiación tiene un fenómeno consolidado y revertirlo es difícil, porque esas alianzas generarán conflictos difíciles de solucionar”, expuso Botero.
Los expertos indican que se les dificulta creer en aquel discurso ambientalista y más cuando han herido a la selva por sus intereses.
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“Ellos hicieron cantidad de carreteras. En algunas trabajaron conjuntamente y de forma paralela con cultivos ilícitos. También con ganadería. Hay zonas en las que llevaron procesos de colonización”, complementó Rodrigo Botero.
Por su parte, Tobón cree que el discurso es una “contradicción tremenda” pues explica la lógica de “el fin justifica los medios”.
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Los especialistas coinciden en que el problema de la deforestación no será resuelto si no se adelanta una reforma rural integral.
Mientras que el Estado no lidere el acceso y el derecho a la tierra, siempre habrá fuerzas económicas, políticas o armadas que lo quieran reemplazar y consolidarse en los territorios.