El aterrizaje de un helicóptero del Ejército Nacional en la sede del Sena de Buga, Valle del Cauca , mantiene abierta una polémica. Es la misma aeronave que se usó en la Operación Jaque, pero en esa ocasión se utilizó para transportar tropas hasta la zona en la que se desarrollaban las protestas.
Sin embargo, el aterrizaje de la aeronave en la sede educativa no solamente no estaba previsto, sino que no estaba autorizado.
La entidad, mediante un comunicado, pidió “que se nos mantenga al margen de cualquier tipo de intervención relacionada con el orden público”.
Para derechos humanos, el hecho podría interpretarse como una provocación.
Publicidad
“Que se evite esa práctica que ya se ha mostrado en otras situaciones, el uso de helicópteros como parte de dispositivos de intervención policial en protestas y movilizaciones generando pánico”, recalcó Camilo González, director de Indepaz.
Publicidad
No obstante, para expertos en seguridad y defensa nacional, como Iván Díaz, la maniobra del helicóptero cumple con los parámetros constitucionales.
"Con el marco más importante que es salvaguardar la integridad, no solamente de los hombres de nuestro Ejército y Policía, sino de los manifestantes. Básicamente la decisión que toma el piloto es la de no aterrizar sobre la vía", dijo.
Mediante un comunicado, el Ejército señaló que el aterrizaje se realizó en el campo del Sena, pues no había las condiciones para garantizar la integridad de los manifestantes y militares en la zona en la que se había previsto inicialmente la maniobra.