Noticias Caracol llegó hasta la Sierra Nevada de Santa Marta para hablar con el pueblo kogui sobre el fallo que restituyó sus tierras.
El terreno del parque natural fue ampliado de 400.854 hectáreas a 573.312. Arregocés Conchacala Zarabata explicó qué significa esta sentencia para su gente. Pero también se refirió a la violencia en Colombia, la paz que busca el presidente Gustavo Petro y lo que, a su parecer, quiere decirle la madre naturaleza al país con lo que está ocurriendo actualmente en el Nevado del Ruiz.
¿Qué le sugiere la decisión del juez que restituyó esta tierra para ustedes?
“Es historia. La primera vez que la sentencia saca como una solución. De pronto le tocó hacer mucho estudio. Lo que hemos visto es que es un ejemplo para la historia”, manifestó el mamo.
¿Esa tierra devuelta al pueblo kogui para qué le va a servir como territorio sagrado?
Según el cabildante, “el pueblo indígena sin su territorio no es nada”. Al recuperar estos terrenos, señala, “es como la casa grande, lleno de diversidad, de sitios sagrados, ahí es donde gobernamos, se tiene medicina tradicional, educación propia, gobernanza propia. Estamos recuperando el espacio”.
¿En qué está el pueblo kogui en su trabajo espiritual por salvar la naturaleza, la Tierra?
“El pueblo indígena en Colombia es vivencia con esa naturaleza”, afirma.
Por eso buscan proteger “la vida de la naturaleza, de la vida del agua, de la montaña, de todo lo que nos rodea. Siempre vivimos aprovechando y a la vez previniendo”, señala el mamo.
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¿Hay preocupación por el futuro del planeta?
“Total. Todo ha venido haciendo un daño inmenso y eso es lo que el pueblo indígena ha venido quejándose hace muchos años y seguiremos. Que haya menos daño a la tierra, a la naturaleza, a los ríos. Seguiremos afrontándolo. Toda esa vida de la naturaleza que se va perdiendo, va muriendo, para mí es una víctima que ha masacrado día a día, va perdiendo la fuerza universal y eso cada día va causando daño”, sostiene Arregocés Conchacala Zarabata.
¿Cuál ha sido la afectación y el peligro del pueblo kogui por los fenómenos de violencia?
“Viene por el espacio, donde están las montañas grandes, donde se pueden resguardar. Esto va más allá lo que ha causado la violencia de las guaquerías, de la toma indiscriminada de las montañas”, dice.
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Sin embargo, considera que “hacerle daño al territorio, nosotros decimos que la tierra se lo cobra”.
Los presidentes siempre quieren su guía y entender el momento que les ha tocado. ¿Tuvieron esa reflexión alrededor del momento político que estamos viviendo?
Según el amo, su pueblo “nunca había votado en Colombia. El cambio que Gustavo Petro dijo, nosotros ya llevábamos 50 años hablando del cambio. Vimos como una propuesta en este cambio, por eso creo que indígenas que nunca habíamos votado, lo votamos para escuchar ese cambio porque se aproxima a la estrategia de los pueblos indígenas, y es la defensa de la biodiversidad, es reducir. Entonces creo que los indígenas votaron bastante, el pueblo kogui votó bastante. No votamos por él, sino por la estrategia que casi que coincidimos, estamos en esa apuesta”.
No obstante, reconoció que “no es el mismo pensamiento de todos en Colombia, va a quedar pesadito, pero vamos a seguir”.
Tienen experiencia en el tiempo, en ver los procesos a largo plazo, ¿hay alguna reflexión de Colombia? ¿Está en el camino de sanarse?
“Sí. Ya eso no está en discusión en la mesa, sino en el territorio. Esta sentencia va más allá. La madre naturaleza nos va a traer sobre algo que la sentencia ya dijo”, expresó.
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Sugirió “pensar como Colombia, pensar en las nuevas generaciones, la gente debe reflexionar sobre el calentamiento global, se van a secar los ríos, avalanchas van a venir. Por ejemplo, el volcán Nevado del Ruiz para nosotros es una llamada que nos están haciendo de ‘pónganse pilas, únanse’”.
Recalcó “que hay pensar en la biodiversidad. Si todo el mundo empieza a analizar creo que podríamos estar tomando un buen camino, porque no hay otra manera”.
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“Se requiere más entendimiento, más comprensión”, aseveró el mamo del pueblo kogui.
El mundo parece insistir en las guerras, en las divisiones, en negar el problema climático.
“Sí, pero es una tarea del pueblo colombiano cambiar la actitud. Si uno no cambia la actitud, no cambia nada. La madre naturaleza nos llama a reflexionar. Tenemos que buscar la paz, no es simplemente llegar a conversar, no, la paz está en el territorio, la paz con la biodiversidad. Si no hay paz con el territorio, no hay paz con el agua ni con otros minerales. Masacrando día a día, victimizándose día a día, ese conflicto está partiendo con la diversidad”, manifiesta.
“Por eso para el pueblo indígena es sagrado no mover cosas porque podemos tener conflictos con ellos. El conflicto no es simplemente humano, el conflicto es con el agua, con la naturaleza. Eso significa menos carreteras, menos megaproyectos, ahí es donde entraríamos en la paz. Pero si hay más cosas, más tecnología, habrá más guerra cada día, nunca habrá paz”, señala.
¿Cómo ejercer un gobierno realmente justo y transparente para todos?
“Es una costumbre difícil de comprender”, afirma.
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Y precisa que “una costumbre nuestra no es la elección bajo una ley, sino en lo espiritual. La gobernanza no es que me nombre mamo el otro, no. La gobernanza está en los cerros, ellos son los que me nombran. No votamos para elegir un cabildo, sino a punta de consulta al mamos. Es muy distinta la gobernanza”.