Carlos Ceballos, profesor de español y quien es invidente, se encontraba haciendo una llamada al interior de una panadería en la localidad de Engativá, noroccidente deBogotá . Lo que no se imaginaba era que al salir del establecimiento había unos cinco criminales que lo esperaron en la parte externa, se dieron cuenta de su condición y le robaron todo.
“Inmediatamente que salí, pedí una ayuda para el SITP, se me abalanzaron cinco sujetos o cuatro y uno me robó la billetera, y el otro me robó el celular, que el celular yo no lo tengo de lujo, es una herramienta de trabajo y me sirve para ubicarme dentro de la ciudad”, aseguró la víctima.
Dice que los criminales se aprovecharon de su condición para quitarle hasta la última moneda.
“En ese momento yo salía con mi bastón y eso es, como se dice, totalmente notorio”, manifestó.
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Afirma que fue tal vez el peor día de su vida porque, además del hurto, también se enteró de que su contrato con un colegio del Distrito había terminado. Siente que fue discriminado no solo al quedarse sin empleo, sino porque nadie le colaboró luego del robo.
“Porque yo me acerqué aquí al CAI de Mazurén y el policía me dice: ‘pues la única solución que usted puede hacer es no salir solo’”.
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Ahora Carlos pide ayuda para recuperar sus pertenencias y documentos, además de encontrar empleo.