La prevención del suicidio es hoy un tema de conversación de suma importancia alrededor del mundo. Este fenómeno social está en aumento y pone en alerta a todas las autoridades.
Según la Organización Mundial de la Salud, cerca de 300.000 personas mueren al año por suicidio y cada 40 segundos hay un caso en el mundo. En Colombia se estima que cerca de cada 20 minutos hay un intento.
En 2022 en Colombia, 37.359 personas intentaron quitarse la vida. La cifra de 2023 aumentó: solo de enero a julio, 27.000 ciudadanos trataron de suicidarse y 1.810 personas lo cometieron.
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Este lamentable panorama se debe detener: este es el mensaje de un joven de 25 años que contó cómo una llamada le salvó la vida.
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“Nunca llegué a pensar que yo pudiera vivir en carne propia una experiencia de esas, que no se la deseo a nadie. No tenía con quien hablar, ese yo creo que era uno de los inconvenientes que me taladraba todos los días. Busqué ayuda en las redes sociales de la fundación Sergio Urrego y encontré un espacio que se llama cápsulas de confianza, hay acompañamiento en pedagogía y de psicólogo. Ese espacio yo creo que fue lo que me salvó a mí la vida”, dijo Alejandro Forero.
Las regiones con mayores tasas de suicidio en el país son Antioquia, Bogotá, Medellín, Risaralda, Boyacá, Nariño y Amazonas.
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Precisamente, el panorama en Amazonas es preocupante, pues ese departamento cuenta con un solo psiquiatra. Él manifestó que anualmente se registran 10 casos de suicidio, pero que el subregistro puede ser del doble. Comenta que son personas entre los 18 y los 30 años.
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“Históricamente hemos presentado tasas muy altas de suicidio, sobre todo lo que concierne a comunidades indígenas, una de las poblaciones más prevalentes dentro del departamento. Tasas de suicidio elevadas y difíciles de intervenir. Tenemos un claro patrón de predominio en comunidades indígenas: adolescente con problemas de familia, disfunción familiar y violencia intrafamiliar”, recalcó Henry Porras, médico psiquiatra del Amazonas.
Agrega que hay una carencia de “intervenciones psicosociales efectivas para abordar este tipo de situaciones. Los discursos políticos se muestran con desconocimiento a la salud mental, el acceso es muy bajo”.
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El especialista dice que otra de las limitantes que tienen los habitantes de Amazonas para acceder a servicios de salud mental son las largas distancias. Asegura que los vuelos comerciales son costosos y que los pacientes no pueden ser remitidos a ciudades capitales.
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