Noticias Caracol habló con dos de las cuatro familias de los soldados asesinados el lunes en Sardinata, Norte de Santander.
“Mi dolor más grande. Quisiera preguntarle a esa gente, ¿por qué me lo arrebataron?”, dice Anyul Flórez, mamá del cabo Mauricio Helmer Flórez Ortiz, de 29 años.
Su vida fue cegada ayer junto a tres soldados más -Óscar Eduardo Mendoza, Antonio Vicente Medrano y Felipe Melchor- cuando fueron sorprendidos por un ataque armado en zona del Catatumbo. Adelantaban misiones contra el narcotráfico.
“A él le gustaba estar en el Ejército. Me dijo que él únicamente si lo traían era muerto. Yo le dije a él que pidiera la baja y me dijo que no, que si lo traían de allá era muerto y vea qué sucedió”, afirma Eduardo José Mendoza, papá de Óscar Eduardo.
Publicidad
Estas familias lloran y lamentan que la violencia les haya arrebatado a sus hijos.
Más sobre esta noticia:
Publicidad