La Defensoría del Pueblo denunció que, sin que aún termine el primer mes de 2025, ya se superó el número de desplazados reportados en todo 2024. Durante ese año, por lo menos 25.611 personas tuvieron que salir de sus hogares, mientras que en lo que va de enero ya se han reportado más de 40 mil por la guerra en el Catatumbo.
Cifras sobre dinámicas de movilidad humana forzada en Colombia durante 2024.
— Defensoría del Pueblo (@DefensoriaCol) January 24, 2025
- En 2024 se presentaron 105 eventos de desplazamiento forzado masivo, que afectaron a 10.249 familias, es decir, 25.611 personas.
- Hubo 75 eventos de confinamiento, los cuales limitaron la… pic.twitter.com/IhxSRrtGnF
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“Puede ser el desplazamiento forzado masivo más grande causado en un solo evento desde que se tiene registro institucional de desplazamiento en Colombia (1997)”, señaló la defensora del Pueblo, Iris Marín.
“Antes de terminar el primer mes del año se superó el número de personas afectadas por desplazamientos masivos en todo 2024”, recalcó, aclarando que ese año hubo “una disminución respecto de 2023, cuando se habían presentado 154 eventos de desplazamiento masivo que había afectado a 54.665 personas”.
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“Estas guerras son de años”, dicen habitantes del Catatumbo
Los civiles en Catatumbo transitan en carros con banderas blancas amarradas, como gesto de paz y única protección. Al filo de la montaña se extienden los cultivos de hoja de coca, el principal componente de la cocaína y manzana de la discordia entre disidentes de las FARC y el ELN, la organización rebelde más vieja de América.
Los habitantes anticipan un sufrimiento prolongado en esta región indómita de 11.000 kilómetros cuadrados: "Estas guerras son de años", lamenta Luz Franco, comerciante de una tienda de víveres, de 44 años.
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El pasado 16 de enero revivió el fantasma de las peores épocas del conflicto armado colombiano. Franco puso seguro a la puerta de su casa y esperó el fin de los disparos junto a su esposo y sus hijos de 15 y 10 años. "Se veía la entrada del grupo (guerrillero) al pueblo", dice en su negocio.
"Todo el pueblo se encerró ese día, todo el mundo iba buscando resguardo de un lado a otro (...) Nos encerramos, a esperar (...) No sabíamos qué pasaba en ese momento", añade.
Corrían rumores sobre las crecientes tensiones entre el ELN y las disidencias que no se acogieron al acuerdo de paz de 2016, pero el ataque fue sorpresivo. La guerrilla movilizó durante días cientos de combatientes desde el cercano departamento de Arauca sin ser detectados por la inteligencia. Las tropas asentadas en Catatumbo se engrosaron y no tuvieron compasión.
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Según el Ejército y organizaciones sociales, los rebeldes ejecutaron una operación de cacería, en la que sus víctimas eran buscadas con "lista en mano", acusándolas de ser afines a las disidencias. Entre los fallecidos hay un bebé, dos menores, disidentes y firmantes de la paz acusados de colaborarles.
La dueña de un restaurante, atemorizada de hablar ante las cámaras, cuenta que su esposo fue retenido durante cuatro días hasta que fue liberado. Ahora el hombre no sale de su casa y sufre las secuelas psicológicas, asegura la mujer. Estos ataques criminales han generado que miles hayan salido desplazados de sus hogares y otros permanecen confinados.
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Conmoción interior en Catatumbo
"Estamos en un momento de crisis (...) Esta es una situación que no se esperaba", sostiene Édgar Guerrero, de 34 años y líder comunitario de El Aserrío, un caserío anclado en el Catatumbo.
El activista critica lo que considera una promesa incumplida por el Gobierno de Gustavo Petro, que se suponía iba a priorizar esta región para implementar el proceso de paz que desarmó a las FARC en 2017 y que pretendía llevar desarrollo a los lugares más afectados por la guerra.
Sin embargo, el ELN envolvió las casas de Catatumbo en afiches alusivos a sus 60 años de levantamiento armado, mientras que las disidencias exaltan imágenes de los antiguos comandantes barbudos de las FARC y otras figuras como el Che Guevara.
El presidente Petro calificó la cifra de fallecidos y el éxodo de desplazados como "uno de los hechos más dramáticos" de "la historia contemporánea de Colombia", suspendió las negociaciones de paz con el ELN y declaró el Catatumbo y otras regiones conflictivas en conmoción interior.
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Ahora el mandatario considera a los rebeldes un "cuerpo armado dominado por la codicia", "señores de la guerra y asesinos en masa".
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Subiendo la montaña, los niños de la comunidad La Cecilia pintaron una tela con el mensaje "QUEREMOS PAZ", que ahora ondea en la calle.