Setenta patrulleros de los 78 que permanecieron secuestrados por la guardia campesina que, en medio de una protesta, atacó un campo petrolífero en San Vicente del Caguán llegaron a Neiva, donde fueron recibidos por sus familiares y amigos.
Como héroes, en medio de aplausos y abrazos fueron recibidos 70 policías liberados en San Vicente del Caguán, Caquetá. Luego de más de 30 horas de incertidumbre por su retención, familiares y amigos los esperaban en el comando de la Policía de la capital del Huila.
“Muy feliz, muy emocionada. La verdad, lloraba mucho de la emoción al verlo, al sentirlo”, aseguró Lorena Reyes, esposa de uno de los patrulleros liberados.
La emoción por estar al lado de sus seres queridos era evidente. Sin embargo, los uniformados aseguran que vivieron momentos de impotencia y angustia. Y el dolor más grande fue ver morir a su compañero, el subintendente Ricardo Arley Monroy, de 39 años.
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“Es algo demasiado horrible, por las circunstancias que pasaron, el compañero que nos mataron, como nos tuvieron, lo qué pasó”, dijo Yonier Roser, patrullero liberado.
Jaime Silva, otro de los patrulleros liberados, también habló de lo sucedido: ”Por la cuestión de lo de petrolera y eso, negociaciones de allá arriba, que ellos ingresaron y que iban a retomar eso”.
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Luego de abrazar y saludar a sus esposas, hijos y amigos, los uniformados recibieron atención médica.
“Bien, bien alegre por los compañeros, gracias a Dios ya están acá y los tenemos con nosotros. A la familia del uniformado fallecido, darle una voz de aliento, poner todo en manos de Dios”, dijo Jesús Rivera, amigo de uno de los policías liberados.
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Heidy Sterling, esposa de otro de los patrulleros liberados, expresó “una emoción inmensa”. “En el momento uno dice ‘Diosito está con uno’”, apuntó.
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“Al vernos, a él se le salieron mucho las lágrimas y cogió a abrazarnos, que le había dado muchas gracias a Dios por estar de nuevo con nosotros”, contó Lorena Reyes.
Los 70 policías llegaron sin elementos personales, ya que se los quitaron mientras permanecieron retenidos por la guardia campesina.